
El paradigma relacionado a lo ambiental cambió. La sustentabilidad es la agenda a abordar por cualquier individuo u organización que proyecte su crecimiento en el tiempo. Ninguna empresa que quiera seguir siendo competitiva en los próximos años va a poder serlo si no integra la sustentabilidad a su modelo de negocios.
No obstante, creo que seríamos un poco ingenuos si no reconociéramos que la Agenda del Desarrollo Sostenible está en jaque. Entre las personas que nos dedicamos al tema hay cierta preocupación por cómo se está desarrollando a nivel global la agenda vinculada a la cuestión ambiental, social y de gobernanza. La última vez que tuvimos un avance grande en términos de lucha contra el cambio climático a nivel global fue el Acuerdo de París de 2015.
La Organización de Naciones Unidas (ONU) estableció los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) para 2030, pero los avances establecidos entre las metas y los resultados terminando 2024 dejan bastante que desear. Si bien es razonable ponderarlos como objetivos estratégicos y de largo plazo, las métricas que nos dimos para monitorear su evolución, muestran una distancia importante de todo lo que falta por cubrir. En el caso del objetivo número 13 (Adoptar medidas urgentes para combatir el cambio climático y sus efectos), los gases de efecto invernadero alcanzaron nuevos máximos en 2023.
Específicamente, los niveles de dióxido de carbono están un 150% por encima de los niveles preindustriales, de acuerdo con el Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de las Naciones Unidas. Estamos atravesando un contexto global que invita a reflexionar: ¿qué ha pasado para producir tan poco resultados entregables?
Muchas veces en la discusión internacional se habla sobre cuáles son los caminos que deberíamos seguir o los cursos de acción por los que deberíamos optar para alcanzar una sociedad más justa y que cuide activamente del ambiente. Pero, ¿por qué no, en cambio, nos preguntamos cuáles son los pasos que estamos dando para llegar a ese objetivo? ¿Cuál es el resultado concreto, cómo estamos avanzando hacia esos objetivos?
Las organizaciones del mundo están necesitando de más y mejores herramientas que permitan avanzar sobre un curso de acción que tenga aportes claros y sustanciales a los ODS. En esta línea, en las últimas semanas la Universidad Nacional de La Plata lanzó una propuesta para promover el mercado de carbono en el país. Entre los múltiples aspectos del “Programa Carbono” lanzado, se destaca la verificación de proyectos que generen créditos de carbono, elemento fundamental para todo programa de sustentabilidad que busque abordar la generación de GEI. Compensar huella de carbono mediante la adquisición créditos de carbono verificados constituye un camino directo para alcanzar la descarbonización de nuestras economías, lo cual no es más ni menos que el gran objetivo de fondo perseguido por toda la comunidad internacional.
El programa busca formalizar este mercado, todavía incipiente en el país, actuando como autoridad de certificación de las mediciones de huella de carbono, así como en la validación de proyectos de captura de carbono, que incluirá la emisión de VCU y un registro oficial una vez comercializadas. Asimismo, el esquema propone un incentivo económico flexible y permite que los clientes solo paguen inicialmente la evaluación del proyecto, con un costo mínimo. Los costos principales, asociados a la verificación y registro de los créditos, se difieren hasta 12 o 18 meses, dándoles tiempo para vender los VCU y cubrir estos gastos con los ingresos obtenidos.
Este proyecto representa una enorme oportunidad para un país como Argentina, que posee una abundante riqueza en recursos forestales. Según la Secretaría de Industria y Desarrollo Productivo del Ministerio de Economía, el país cuenta con 1,3 millones de hectáreas de plantaciones forestales y casi 54 millones de hectáreas de bosques nativos. Además, se identifican 3,7 millones de hectáreas adicionales con potencial para expandir las plantaciones sin impactar áreas de alto valor de conservación ni competir con bosques nativos o cultivos agrícolas.
Estamos ante una oportunidad única para generar un verdadero cambio de paradigma. Y para eso necesitamos más de estas herramientas para desarrollar la agenda sustentable de forma tal que haya más transparencia para todos los actores de la cadena y que los ayude a impulsar sus compromisos ambientales. El impacto de estas iniciativas no solo abre nuevas oportunidades económicas, sino que marca el camino hacia un futuro más responsable, equitativo y en armonía con el planeta.
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