Cuántos vasos de refresco al día incrementan el riesgo de desarrollar hígado graso no alcohólico

Aunque muchas personas lo desconocen un elevado consumo de azúcar incrementa en gran medida el riesgo de padecer esta condición

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El hígado graso es una
El hígado graso es una de las condiciones de mayor prevalencia en nuestro país. (Imagen Ilustrativa Infobae)

El hígado graso es una condición caracterizada por la acumulación excesiva de grasa en las células del hígado y aunque durante muchos años el principal factor de riesgo para desarrollarlo era el consumo excesivo de alcohol, el incremento en los malos habitos alimenticios puso en la mira un nuevo enermigo.

Se trata del refresco y de las bebidas azucaradas en general, debido a que en el hígado graso hay dos tipos: el hígado graso alcoholico (causado por el consumo de alcohol) y el hígado graso no alcohólico (provocado como obesidad, diabetes y malos hábitos alimenticios).

En este sentido, el hígado graso no alcohólico ha comenzado a ser la principal forma en que se presenta esta condición, superando en gran medida al hígado graso no alcohólico y aumentando la prevalencia de este padecimiento.

Como es sabido, en México existen muchos malos hábitos alimenticios y sin duda el consumo excesivo de refresco es uno de ellos.

Es por eso que hoy te contamos cuál es la cantidad de refresco que puede aumentar el riesgo de desarrollar hígado graso si se toma de manera cotidiana y por qué esta bebida es considerada un factor de alarma.

El refresco es una bebida
El refresco es una bebida que aporta grandes cantidades de azúcar a la dieta. (Imagen Ilustrativa Infobae)

Cuáles son los riesgos de consumir refresco de forma cotidiana para desarrollar higado graso

Consumir refresco de forma cotidiana incrementa varios riesgos asociados al desarrollo de hígado graso no alcohólico. De acuerdo con un estudio publicado en la Revista Canadiense de Gastrointerología y Hepatología

  • Acumulación de grasa en el hígado: Los refrescos contienen altas concentraciones de azúcares, especialmente fructosa, que el organismo convierte en grasa y almacena en el hígado.
  • Aumento de la resistencia a la insulina: El consumo frecuente de bebidas azucaradas favorece alteraciones metabólicas que afectan la respuesta a la insulina, lo que contribuye al depósito de grasa hepática.
  • Mayor riesgo de obesidad: Las calorías extras provenientes de los refrescos incrementan el peso corporal y la grasa abdominal, ambos factores relacionados con el hígado graso.
  • Desbalance en los niveles de triglicéridos: La ingesta regular de azúcar eleva los triglicéridos en sangre, un marcador asociado al daño hepático.
  • Inflamación crónica: El alto consumo de azúcar promueve un estado inflamatorio que puede acelerar la progresión del hígado graso hacia etapas más graves.
Reducir o evitar el consumo
Reducir o evitar el consumo diario de refresco contribuye a disminuir estos riesgos y protege la salud hepática. (Imagen Ilustrativa Infobae)

Esta es la cantidad de consumo diario de refresco que incrementa el riesgo de desarrollar hígado graso

Como hemos mencionado, el consumo frecuente de refrescos o jugo industrializado, incluso en cantidades moderadas, puede incrementar el riesgo de desarrollar hígado graso no alcohólico.

En este sentido, diversos estudios señalan que ingerir uno o más vasos al día de estas bebidas azucaradas se asocia con una mayor prevalencia de esta enfermedad hepática debido a que la alta concentración de azúcares, especialmente fructosa, favorece la acumulación de grasa en el hígado.

Por esta razón, especialistas recomiendan reducir al mínimo el consumo de refrescos y jugos procesados para prevenir el hígado graso.