
Tomar agua regularmente es esencial para el funcionamiento óptimo del organismo.
Mantener una hidratación adecuada ayuda a que el cuerpo realice funciones vitales como eliminar desechos, regular la temperatura y proteger tejidos internos.
Las recomendaciones de consumo varían, pero las guías internacionales marcan un rango de referencia para la población adulta y saludable.
Según la Mayo Clinic, el agua representa entre el 50% y el 70% del peso corporal. La cantidad de líquido necesaria depende del nivel de actividad física, la temperatura ambiente y las condiciones particulares de salud. Para la mayoría de las personas sanas, beber agua cuando tienen sed y mantener la orina clara son buenas señales de una hidratación apropiada.

Las Academias Nacionales de Ciencias, Ingeniería y Medicina de Estados Unidos aconsejan a los hombres consumir alrededor de 3,7 litros diarios y a las mujeres 2,7 litros, considerando tanto líquidos de bebidas como el agua contenida en los alimentos. El conocido consejo de “ocho vasos al día” es solo una referencia general; cada persona requiere ajustar su ingesta.
Beber demasiada agua: cómo afecta a los riñones
A pesar de los beneficios, beber agua en exceso puede resultar perjudicial, especialmente cuando el organismo rebasa su capacidad para eliminar los líquidos sobrantes. El exceso de agua puede presentarse en casos particulares, como en deportistas que intentan compensar grandes pérdidas por sudor, pero también puede afectar a cualquier persona que consuma líquidos en grandes volúmenes en poco tiempo.
Cuando se excede la capacidad de los riñones para filtrar y expulsar el exceso, el contenido de sodio en la sangre se diluye. Esta condición tiene un nombre: hiponatremia. El desequilibrio puede ocurrir porque los riñones no logran deshacerse de toda el agua rápidamente, lo que pone en riesgo la función normal de órganos vitales y puede llegar a situaciones de urgencia médica.
Síntomas y consecuencias de la hiponatremia
La hiponatremia puede surgir rápidamente y desencadenar cuadros clínicos de gravedad variable. Entre los síntomas más comunes se encuentran:
- Náuseas y vómitos
- Dolor de cabeza
- Confusión o desorientación
- Cansancio inusual
- Espasmos musculares o calambres
- En casos severos, convulsiones y pérdida del conocimiento

Mayo Clinic advierte que la hiponatremia, en sus formas más graves, representa una emergencia médica, ya que puede alterar la función cerebral y causar complicaciones potencialmente mortales.
¿Cuándo es riesgoso beber demasiada agua?
Para los adultos sanos, los casos de intoxicación hídrica son poco frecuentes. Sin embargo, pueden ocurrir en contextos especiales, como actividades físicas extenuantes o en personas que siguen indicaciones erróneas respecto al consumo excesivo.
Los deportistas de resistencia o quienes practican ejercicio prolongado pueden llegar a consumir grandes cantidades de agua en poco tiempo. La Mayo Clinic ha documentado casos donde la ingesta supera ampliamente la posibilidad de eliminación renal, favoreciendo alteraciones en el equilibrio de sodio en sangre.
Factores que modifican tus necesidades de agua
Las recomendaciones deben adaptarse a factores individuales. Se requiere aumentar la ingesta hídrica si:
- Se realiza actividad física intensa
- El entorno es muy cálido o húmedo
- Hay fiebre, vómitos o diarrea
- Se está en embarazo o lactancia
No es obligatorio consumir únicamente agua. Frutas, verduras y otras bebidas también aportan líquidos al total diario.
¿Cómo saber si estás bebiendo suficiente agua?
Algunas señales indican una hidratación adecuada:
- Sensación de sed poco frecuente
- Orina incolora o amarillo muy claro

Si existen dudas respecto a la cantidad de agua que necesita el cuerpo, la orientación médica siempre es la mejor opción. Ajustar el consumo según las particularidades de cada persona y evitar excesos innecesarios.


