¿Por qué dicen que no se debe comer melón y papaya juntos?

Estas frutas a menudo con consumidas en el mismo plato

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Semillas de papaya secas y
Semillas de papaya secas y frescas, conocidas por sus propiedades digestivas y antioxidantes, ideales para un estilo de vida saludable. - (Imagen Ilustrativa Infobae)

A lo largo de generaciones, el consumo conjunto de melón y papaya ha alimentado debates y creencias sobre posibles efectos negativos en la salud. La advertencia sobre mezclar ambas frutas se mantiene en la memoria colectiva de muchas familias en varios países de América Latina, donde perdura como recomendación habitual en la mesa.

Mitos, costumbres y supuestas advertencias sobre la digestión han influido en que persista la idea de evitar su consumo simultáneo. Las explicaciones varían entre argumentos populares y teorías que involucran cuestiones digestivas, aunque estas versiones presentan diferencias entre países y regiones.

Qué explica la creencia de no comer melón y papaya juntos

- (Imagen Ilustrativa Infobae)
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El consejo de no combinar melón y papaya suele basarse en creencias culturales más que en evidencia científica robusta. Una de las explicaciones más difundidas plantea que ambas frutas, al consumirse en conjunto, podrían generar molestias digestivas como inflamación o dolor abdominal. Esta percepción responde a que las frutas contienen distintas enzimas y azúcares, lo que ha generado la hipótesis popular de que podrían competir y entorpecer el proceso de digestión.

Otra razón común refiere a que el melón, por su alto contenido en agua y azúcares, se asocia en la tradición popular con una digestión delicada, mientras que la papaya aporta la enzima papaína, que cumple una función en la descomposición de proteínas. La teoría más extendida señala que mezclar frutas con potencial digestivo diferente podría alterar el tránsito intestinal y favorecer molestias, aunque investigaciones actuales no corroboran ningún peligro grave para la mayoría de personas sanas.

Distintos expertos en nutrición de México y otros países señalan que estos mitos carecen de sustento científico suficiente. No existe evidencia clínica de que la mezcla genere un daño específico o reacciones tóxicas, la tolerancia a las frutas depende más de la sensibilidad personal que de combinaciones catalogadas como dañinas.

El caso del consumo de melón y papaya refleja la persistencia de tradiciones orales en materia de alimentación, en especial en países de habla hispana. Los nutriólogos enfatizan que las personas con afecciones gastrointestinales o intolerancias particulares deben consultar a profesionales médicos antes de modificar su dieta, pero en la mayoría de casos no se identifican riesgos por consumir ambas frutas en una sola comida.