¿Qué tipo de almohadas ayudan realmente a mejorar la postura al dormir?

Dormir bien comienza con un buen soporte cervical, advierten especialistas

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Conoce las opciones de almohadas
Conoce las opciones de almohadas para dormir bien (Freepik)

Dormir ocho horas no garantiza descanso si la postura nocturna no es la adecuada, y en ese objetivo la elección de la almohada juega un papel fundamental.

Fisioterapeutas y especialistas del sueño coinciden en que utilizar una almohada incorrecta puede generar tensión en cuello, hombros y zona lumbar, provocando dolores crónicos e incluso trastornos del sueño.

De acuerdo con especialistas en la materia, el error más común es elegir la almohada únicamente por suavidad o precio, cuando en realidad lo más importante es que mantenga la columna alineada.

“La cabeza no debe quedar ni inclinada hacia arriba ni hundida hacia abajo; debe permanecer en línea recta con la espalda”, explica la terapeuta física Ana López.

Almohadas de espuma viscoelástica o látex

La almohada debe permitir que
La almohada debe permitir que la cabeza permanezca en línea recta con la espalda (Composición Infobae)

Para quienes duermen de lado —la postura más común—, se recomienda una almohada firme y de altura alta, idealmente de espuma viscoelástica o látex, materiales que brindan soporte sin deformarse. En estos casos, colocar una almohada adicional entre las rodillas puede ayudar a alinear cadera y columna, reduciendo molestias en la parte baja de la espalda.

Quienes duermen boca arriba deben optar por una almohada de firmeza media y altura intermedia. Las llamadas almohadas cervicales, con forma ondulada, resultan especialmente útiles, ya que sostienen el cuello sin empujar la cabeza hacia adelante.

Dormir boca abajo no es viable

Posiciones para dormir - VisualesIA
Posiciones para dormir - VisualesIA (Imagen Ilustrativa Infobae)

En cambio, dormir boca abajo es la postura menos recomendada por especialistas, pues obliga a girar el cuello durante varias horas. Para quienes no pueden evitarlo, lo ideal es usar una almohada muy delgada e incluso colocar otra bajo el abdomen para evitar tensión lumbar.

Las almohadas de plumas o relleno sintético, aunque populares por su suavidad, no son siempre la mejor opción, ya que se hunden con facilidad y pierden soporte durante la noche. En contraste, las de látex y memory foam ofrecen mayor durabilidad y estabilidad, aunque suelen ser más costosas.

Finalmente, para personas con dolores crónicos, embarazadas o quienes buscan una postura más estable, las almohadas corporales —de tamaño largo para abrazarse o colocar entre piernas— se han convertido en una alternativa eficaz.

Elegir la almohada adecuada puede parecer un detalle menor, pero los especialistas coinciden: un buen descanso no empieza con el colchón, sino con el soporte correcto para el cuello. Una inversión modesta puede representar la diferencia entre despertar con energía o con dolor.