
El control del consumo de sal es fundamental para quienes padecen presión arterial alta. La relación entre la ingesta de sodio y la hipertensión está ampliamente documentada, por lo que ajustar tanto el tipo como la cantidad de sal en la dieta resulta clave para mantener la salud cardiovascular.
Comprender qué tipo de sal es más adecuada y cuál es la cantidad recomendada permite tomar decisiones informadas y reducir riesgos asociados a la hipertensión.
La sal de mesa común contiene aproximadamente un 40% de sodio, el mineral responsable de los efectos sobre la presión arterial.
Aunque existen diferentes tipos de sal en el mercado, como la sal marina, la sal rosa del Himalaya o la sal kosher, todas aportan cantidades similares de sodio por gramo.
Por ello, para las personas con presión alta, la prioridad no debe centrarse en el tipo de sal, sino en la cantidad total de sodio consumida diariamente.

Las recomendaciones internacionales establecen que los adultos no deben superar los 2.300 miligramos de sodio al día, lo que equivale a una cucharadita de sal (aproximadamente 6 gramos).
Sin embargo, para quienes ya presentan hipertensión, el límite ideal es de 1.500 miligramos diarios. Incluso una reducción de 1.000 miligramos al día puede generar mejoras notables en la presión arterial y la salud del corazón.
Es importante recordar que la mayor parte del sodio no proviene de la sal añadida en la mesa, sino de alimentos procesados y envasados, como embutidos, quesos, sopas comerciales, pizzas, aperitivos salados y platos precocinados.
Para controlar la ingesta de sodio, se recomienda leer detenidamente las etiquetas nutricionales y elegir productos que contengan menos de 0,5 gramos (500 miligramos) de sodio por cada 100 gramos de producto.
Además, optar por alimentos frescos, como frutas, verduras, legumbres y pescados, ayuda a mantener el consumo de sodio bajo control.

Es fundamental evitar añadir sal extra durante la preparación de los alimentos y, en su lugar, utilizar hierbas y especias como orégano, tomillo, laurel, eneldo, pimienta o limón para realzar el sabor de los platos.
Algunas personas pueden desconocer que ciertos medicamentos, especialmente los efervescentes, contienen sodio en cantidades significativas.
Por ello, es recomendable consultar con un profesional de la salud sobre el contenido de sodio en los fármacos que se consumen.
En síntesis, las personas con presión alta deben priorizar la reducción de la cantidad total de sodio en su dieta, independientemente del tipo de sal, manteniendo la ingesta por debajo de 1.500 miligramos diarios y eligiendo siempre alimentos frescos y bajos en sodio.