
El chile, uno de los elementos más representativos de la gastronomía mexicana, no solo es famoso por su picor y sabor, sino también por sus propiedades curativas. Diversos estudios han revelado que el consumo de chile puede aportar beneficios importantes a la salud, aunque su ingesta en exceso conlleva ciertos riesgos.
De acuerdo con un artículo publicado por Ciencia UANL (Universidad Nacional Autónoma de Nuevo León), el chile ha formado parte de la dieta en México desde tiempos prehispánicos, desempeñando un papel central tanto en la cocina como en la medicina tradicional.
El género Capsicum, al cual pertenecen todas las variedades de chile, es originario del continente americano y comprende 33 especies con al menos diez variedades. México figura como uno de los principales centros de origen y domesticación de este género, con evidencias arqueológicas de semillas encontradas en el Valle de Tehuacán con una antigüedad aproximada de 8 mil 500 años.
El chile es rico en aceites volátiles, vitaminas, minerales, proteínas, fibra y componentes antioxidantes como los carotenoides. Sin embargo, su característica más distintiva proviene de los capsaicinoides —especialmente la capsaicina— responsables del picor que se experimenta al consumirlo. Los carotenoides le otorgan el colorido característico y también participan en la defensa antioxidante del organismo.

Según explica el artículo de Ciencia UANL, la capsaicina interactúa con receptores en la lengua, boca y garganta, liberando neurotransmisores que envían señales de ardor o dolor al cerebro. Esta misma propiedad ha sido aprovechada desde tiempos antiguos por culturas como la maya y la azteca, quienes usaban el chile para tratar el asma, la tos, llagas, dolores de muelas y más.
Entre las propiedades curativas más destacadas del chile, se encuentran las siguientes:
- Analgésico natural: La capsaicina, en dosis bajas, se administra por vía oral o tópica para reducir la inflamación y el dolor, como sucede en casos de artritis reumatoide o fibromialgia. En dosis elevadas, forma parte de tratamientos para dolores neuropáticos y cefaleas, inhibiendo la transmisión del dolor sin dañar las neuronas.
- Efecto anticancerígeno: Investigaciones indican que la capsaicina puede inhibir el crecimiento y proliferación de células tumorales. Se estudia su utilidad como agente quimiopreventivo en el cáncer de mama, próstata, colon y estómago.
- Cardioprotector: Consumir chile está relacionado con la reducción del colesterol sérico, bloqueo de la agregación plaquetaria y propiedades anticoagulantes, lo cual puede proteger el corazón y las arterias.
- Estímulo del bienestar: Al consumir chile, el cuerpo produce endorfinas y dopamina, neurotransmisores que generan sensaciones de placer y ayudan a aliviar el dolor, incrementando a su vez la sensación de felicidad.

El artículo explica que las propiedades del chile también dependen de su método de consumo y del órgano que metaboliza la capsaicina. Por ejemplo, mientras el hígado la procesa en aproximadamente 20 minutos, en la piel puede tardar hasta 20 horas en metabolizarse. La mayor absorción ocurre en el yeyuno, seguido del íleon y el estómago.
No obstante, no todo son beneficios. La exposición prolongada a grandes cantidades de capsaicina puede desencadenar riesgos importantes. Ciencia UANL señala que superar los 100 mg por kilo de peso corporal puede provocar úlceras pépticas y se ha asociado con el desarrollo de cáncer de próstata, estómago, duodeno, hígado e incluso acelerar la metástasis de cáncer de mama. Recuerda consultar a un profesional de la salud antes de realizar cualquier cambio en tu dieta.