
Por su singular belleza y el misterioso fenómeno que presenta al entrar en contacto con el agua, la Diphylleia grayi ha sido catalogada como una de las plantas más extraordinarias del reino vegetal. Conocida comúnmente como flor esqueleto, esta especie perenne originaria de Asia oriental y de algunas regiones boscosas del este de Estados Unidos, transforma su aspecto con la lluvia, dejando al descubierto una compleja red de venas que le otorga una apariencia fantasmal.
Según información publicada por National Geographic, la Diphylleia Grayi crece de forma silvestre en ecosistemas húmedos y sombreados de Japón, Corea y las montañas Apalaches del Este de los Estados Unidos. Adaptada a climas templados, esta planta puede soportar temperaturas variables que van desde varios grados bajo cero hasta cerca de los 30 °C.
Miembro de la familia Berberidaceae, la flor se distingue por sus hojas grandes y lobuladas, con forma de paraguas, que protegen racimos de pequeñas flores blancas, los cuales emergen en los meses de primavera y verano. Su nombre científico tiene el origen griego “di” (dos) y “phyllon” (hoja), haciendo referencia a su disposición foliar en pares opuestos, otra característica botánica que la hace muy distintiva.
¿Por qué la Diphylleia Grayi se vuelve transparente bajo la lluvia?

El rasgo más singular de esta especie es, sin duda, su capacidad para volverse cristalina bajo la lluvia. De acuerdo con National Geographic, esta propiedad se explica científicamente por la estructura celular esponjosa de los pétalos, diseñada para almacenar agua de manera eficiente.
En condiciones secas, las células contienen suficiente humedad para mantener su estructura interna, lo que provoca que la luz se disperse al incidir en la superficie, dándole un aspecto blanco; sin embargo, cuando llueve y los pétalos absorben agua adicional, las células se saturan uniformemente.
Al llenarse por completo, el agua actúa como medio transmisor de luz, permitiendo su paso sin dispersión significativa, como consecuencia, los pétalos se tornan transparentes, y dejan ver las venas que los recorren internamente.
Además de producir una imagen visualmente impresionante, este proceso también cumple la función ecológica de disuadir a ciertos herbívoros o proteger los órganos reproductivos de la flor mediante la alteración de su apariencia.
¿Cómo cultivar y cuidar la flor esqueleto?

Aunque se trata de una especie poco común en jardines domésticos, su cultivo es viable si se reproducen las condiciones de su entorno natural. En dicho contexto, especialistas consultadas por la revista británica Homes & Gardens ofrecen recomendaciones específicas para su cuidado.
“La clave es imitar su hábitat natural de bosque”, señala Kiersten Rankel, Maestra Naturalista certificada en Luisiana. Lo cual implica suelos ricos en materia orgánica, bien drenados y de pH ligeramente ácido a neutro.
Por su parte, Julia Omelchenko, experta en botánica y consultora en la plataforma Plantum, sugiere añadir composta al suelo del jardín para mejorar su fertilidad y replicar la acción natural de las hojas en descomposición. “Dado que la flor esqueleto es sensible a la acumulación de agua, que puede causar la pudrición de las raíces, evite los suelos pesados, compactados y que retengan agua”, advierte. En caso de suelos arcillosos, recomienda agregar arena gruesa o utilizar parterres elevados para garantizar un drenaje eficiente.
“La flor esqueleto prefiere la luz natural difusa y crece mejor en semisombra, idealmente bajo la copa de un árbol”, explica Omelchenko. Se debe tomar en cuenta que, en regiones cálidas, la exposición directa al sol puede quemar sus hojas y marchitarla, mientras que en climas fríos o en las primeras semanas de primavera, algo de sol matutino puede beneficiarle.
No obstante, la especialista subraya que, ante signos de estrés como hojas amarillas o secas, se debe actuar con rapidez: “Proteja la planta con una malla de jardín o trasplántela a un lugar más sombreado”.
La poda debe realizarse tras las primeras heladas del otoño, momento en que la planta entra en reposo. En ese periodo, es conveniente “darle un buen cepillado a las plantas con unas tijeras de podar limpias”, para eliminar el follaje muerto y evitar enfermedades.
Según Julia Omelchenko, “no se conocen casos de intoxicación ni irritación cutánea por tocar la flor esqueleto o ingerir sus partes, por lo que generalmente se considera segura tanto para humanos como para mascotas”. No obstante, dada la escasa documentación científica sobre esta especie, recomienda no ingerir ninguna de sus partes, ya que algunas plantas de la familia Berberidaceae tienen compuestos irritantes o tóxicos. “Si tiene piel sensible, use guantes al manipular la planta”, concluye.
Además de su valor estético, la Diphylleia Grayi puede integrarse en diseños paisajísticos que imiten ambientes boscosos. Según Homes & Gardens, una buena opción es combinarla con helechos y otras plantas de sombra, para crear espacios serenos, con vegetación exuberante y de bajo mantenimiento.