
La indigestión, también conocida como dispepsia, es un malestar o dolor en la parte superior del abdomen relacionado con la digestión. Sus síntomas incluyen sensación de hinchazón, ardor estomacal, eructos y náuseas. Puede ser causada por comidas excesivas, alimentos grasos o picantes, estrés, consumo de alcohol, tabaco o cafeína, y medicamentos como los antiinflamatorios.
Generalmente está asociada con problemas médicos como gastritis, úlceras o reflujo gastroesofágico. Si es recurrente o se acompaña de síntomas graves, se debe consultar a un médico. En algunos casos consumir infusiones de hierbas medicinales puede ayudar a aliviar los síntomas.
Una de las más utilizadas es la menta, conocida por su fragante olor y sabor refrescante, es la protagonista de remedios caseros debido a sus múltiples beneficios para la salud.

Se ha demostrado que el consumo de menta en diversas formas, como hojas frescas, tés, aceites esenciales o suplementos, tiene un impacto positivo en la salud digestiva. Uno de sus compuestos más activos, el mentol, desempeña un papel clave en sus propiedades terapéuticas.
Este compuesto presente en la menta actúa como relajante muscular sobre los músculos lisos del tracto gastrointestinal. Esto ayuda a que los gases atrapados en el sistema digestivo se liberen con mayor facilidad, reduciendo la sensación de hinchazón y malestar abdominal.
Estudios han señalado que el aceite esencial de menta puede ser eficaz para casos leves de hinchazón y molestias relacionadas con el síndrome del intestino irritable (SII).
La planta aromática estimula la producción de bilis, una sustancia clave para descomponer las grasas durante el proceso digestivo. Esto facilita una digestión más eficiente y reduce la probabilidad de sufrir episodios de indigestión. Consumir una infusión de menta después de una comida copiosa puede ayudar significativamente a evitar el malestar estomacal y promover una sensación de bienestar general.

La capacidad de la menta para calmar el sistema digestivo también la convierte en un remedio natural contra las náuseas. Su aroma refrescante, combinado con sus propiedades relajantes, reduce la sensación de mareo y el impulso de vomitar.
Por esta razón, el aceite esencial de menta se recomienda a menudo para personas que padecen náuseas matutinas, mareos por movimiento o molestias gástricas relacionadas con ciertos tratamientos médicos, como la quimioterapia.
Así puedes consumir la menta
Para aprovechar los beneficios de la menta, existen distintas formas de consumirla:
- Té de menta: Hervir agua con hojas frescas o secas es una manera popular de calmar el estómago y reducir gases.
- Aceite esencial: Se puede inhalar o diluir para aplicar en el abdomen en caso de molestias digestivas.
- Hojas frescas: Consumirlas en ensaladas, batidos o directamente como un complemento alimenticio.
- Cápsulas de aceite de menta: Una opción común en casos de síndrome de intestino irritable o molestias recurrentes.

Aunque la menta tiene múltiples beneficios, no se aconseja el consumo excesivo, ya que puede causar molestias como acidez en personas con reflujo gastroesofágico. Se recomienda consultar a un médico antes de incorporar suplementos de menta en rutinas regulares, especialmente durante el embarazo o en personas con enfermedades digestivas crónicas.