
Este jueves 8 de mayo, el mundo católico presenció uno de sus momentos más emblemáticos: la fumata blanca emergió de la chimenea del Vaticano, confirmando que los 133 cardenales reunidos en cónclave han elegido al sucesor del Papa Francisco.
El elegido fue el cardenal estadounidense Robert Francis Prevost Martínez, quien llevará por nombre León XIV.
A tan solo dos días del inicio del proceso, el Vaticano se llenó de júbilo, expectativa y emoción por el inminente anuncio del Habemus Papam, mientras los ojos de millones se dirigieron hacia el balcón central de la Basílica de San Pedro, donde el nuevo pontífice —el número 267 de la historia de la Iglesia— saldrá a encontrarse con el pueblo católico.
México no quedó ajeno al fervor del momento. La Catedral Metropolitana de la Ciudad de México, símbolo histórico y espiritual del catolicismo nacional, se unió al júbilo con una señal sonora tradicional: el repique de campanas.

¿Cómo se vivió el momento?
Tal como lo reportó el periodista Ricardo Vitela de Imagen Televisión, “tras el habemus papa, sonaron las campanas alrededor de 12 a 15 campanadas, pausadas durante 15 minutos”. Un gesto solemne y festivo que marcó el eco del Vaticano en el corazón del Centro Histórico capitalino.
A diferencia del bullicio romano, el ambiente en la Catedral Metropolitana fue más discreto pero igualmente simbólico.
“La gente está entrando y saliendo, la visita normal, así es como está la entrada principal”, narró Vitela en su reporte televisivo, dejando ver que, aunque no se trató de una congregación masiva, la solemnidad del momento fue reconocida por el recinto con una tradición sonora que ha acompañado a la Iglesia durante siglos: las campanas.
No es la primera vez que la Catedral Metropolitana se sincroniza con los grandes hitos del Vaticano.
El pasado 23 de abril, tras el fallecimiento del Papa Francisco, también se sumó a las exequias públicas con una ceremonia en horario paralelo al inicio del velorio oficial en Roma. En esa ocasión, las campanas también repicaron, pero en señal de duelo, según los protocolos litúrgicos del catolicismo.
Así fue elegido el sucesor de Francisco
El nuevo pontífice fue electo en la tarde del segundo día de deliberaciones. Aunque su identidad aún no había sido anunciada oficialmente al cierre de esta edición, el mundo ya celebra el inicio de un nuevo capítulo en la historia de la Iglesia Católica.
El proceso, envuelto en secreto y simbolismo, atrajo de nuevo a los fieles a la Plaza de San Pedro después de una mañana marcada por la segunda fumata negra.
Este cónclave pasará también a la historia por haberse celebrado en mayo, un mes inusual para estas decisiones. Solo dos veces en la historia moderna había ocurrido algo similar: en 1342 con la elección de Clemente VI y en 1605 con Pablo V.
Ambos papados fueron decisivos en la historia del catolicismo, y muchos ahora esperan que el recién elegido continúe ese legado espiritual y político.

Mientras tanto, en la Ciudad de México, el eco de Roma resuena en las campanas de su catedral más importante. Entre turistas, fieles y paseantes cotidianos, la noticia del Habemus Papam llegó también como una señal de renovación para los creyentes mexicanos.