
Desde las seis de la tarde de este 30 de abril, el Zócalo de la Ciudad de México ya estaba lleno de adultos y niños que aguardaban con entusiasmo la proyección especial de Flow, del director Gints Zilbalodis, la película ganadora del Oscar y el Globo de Oro a Mejor Película Animada.
Si bien el cineasta ha buscado en los últimos meses enfocarse en su siguiente proyecto —Limbo, una cinta animada que incluirá humanos, animales y diálogos—, confesó que no pudo “decir que no” a viajar hasta México para asistir a la que, según dijo, probablemente será por siempre la proyección más grande que tendrá su obra, celebrada ya alrededor del mundo.
El Gobierno de la CDMX dispuso miles de sillas para que los capitalinos pudieran ocupar un lugar antes del inicio de la función. Además, los organizadores regalaron dulces, bolsas de palomitas, botanas varias y, a través del micrófono en el escenario, animaron a los asistentes en distintas ocasiones mientras se acercaba la hora de inicio.
Los vendedores ambulantes también aprovecharon la esperada afluencia para ofrecer sus productos. Muchos de ellos se adaptaron al evento y pusieron a la venta pequeños capibaras —como el de la película— diseñados para colocarse en la cabeza, al igual que el ya clásico “changuito mión” tan popular en el Bosque de Chapultepec.
Aunque el evento estaba dedicado principalmente a las infancias, muchos de los asistentes eran familias completas, parejas, matrimonios de adultos mayores e incluso personas solas acompañadas de sus mascotas.

El fenómeno que Flow ha generado en México se vivió como nunca antes durante esta tarde en tierras aztecas. La presencia del esperado director Gints Zilbalodis fue celebrada con gritos y aplausos por parte del público que abarrotó el Zócalo capitalino.
Al escenario, dispuesto para recibir una pantalla de cientos de pulgadas —capaz de mostrar cada detalle incluso al espectador más cercano a la avenida 20 de Noviembre— subieron no solo el cineasta, sino también su productor Matīss Kaža y la Jefa de Gobierno, Clara Brugada.
Claramente abrumado, Zilbalodis tomó el micrófono y agradeció a las miles de personas congregadas por amar su película con tanta pasión. Calificó a los mexicanos como “los fans más grandes” que Flow tiene en todo el mundo.
"Flow es una película sobre un gato, pero también es mucho más que eso. Es una historia muy personal para mi. La hice con un equipo muy pequeño y estar aquí frente a tantas personas es de no creerse", confesó el director.
“Creo que es un momento muy emocionante, y seguro han visto muchas películas aquí y espero que pronto vean muchas más, hechas por personas que están aquí en la audiencia y que seguramente serán vistas aquí o alrededor del mundo”.
Flow narra el viaje de un gato de pelaje gris oscuro que se enfrenta a la caída del mundo como lo conocemos, debido a una inundación masiva. En medio del apocalipsis, para sobrevivir, el minino une fuerzas —aunque de forma involuntaria— con una garza, un capibara y un lémur.
“De verdad ésta es la mejor forma de ver la película”, indicó el director con la trama de su cinta en mente. “Todos juntos, superando las diferencias y trabajando por un bien mayor”.
A lo largo de su recorrido por festivales y proyecciones en todo el mundo, desde su estreno en mayo del año pasado en Cannes, Gints Zilbalodis se ha mostrado como un cineasta tímido y retraído que jamás imaginó convertirse en una estrella o en ídolo de fanáticos y aspirantes al séptimo arte. Por ello, estar frente a una multitud tan numerosa fue, sin duda, un momento impactante. Confesó que lo atesorará por el resto de su vida.
“Verlos a todos ustedes aquí es abrumador. He tenido un recibimiento asombroso en México. Recordaré este momento por el resto de mi vida. Éste es un lugar, de verdad, muy especial”, concluyó emocionado.
La Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Clara Brugada, celebró la presencia del cineasta letón y aprovechó para entregarle un obsequio: un gatito como el de su película, diseñado con arte huichol.
La función de Flow comenzó poco después de las siete de la noche, bajo una leve llovizna que no asustó a los capitalinos. Estoicos, se mantuvieron atentos a la pantalla y al universo poético creado por Zilbalodis.