
En México, más del 75% de los adultos vive con sobrepeso u obesidad, según datos de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT). Esta condición, además de ser un problema de salud pública, tiene repercusiones económicas significativas para las empresas.
Ante este hecho, el doctor José Antonio Castañeda, cirujano bariátrico y metabólico subrayó para Infobae México que la obesidad no es solo un problema estético, sino una enfermedad crónica compleja que puede reducir la esperanza de vida entre 10 y 14 años si no se trata adecuadamente.
“Conforme aumenta el riesgo de obesidad, se elevan las posibilidades de sufrir muertes prematuras, de adquirir nuevas enfermedades como la diabetes o la hipertensión y, en cuanto a los procesos cognitivos puede existir pérdida de memoria o repercutir en la toma de decisiones”, detalló el experto
Según el especialista, el ritmo laboral es un factor determinante en el desarrollo de esta condición, ya que muchas veces las exigencias del trabajo dificultan la adopción de hábitos saludables.

El problema no se limita a México. Según el Foro Económico Mundial, para 2050, cerca del 20% de la población mundial tendrá 65 años o más. Sin embargo, aunque los avances médicos han permitido prolongar la vida, muchas personas viven más años en condiciones de salud deterioradas, principalmente debido a enfermedades crónicas como la obesidad, el cáncer, la diabetes, la hipertensión y las enfermedades cardiovasculares.
Estas afecciones, que suelen asociarse con la vejez, también afectan gravemente a la población económicamente activa, lo que genera ausentismo y jubilaciones anticipadas.
En el caso de México, el problema de la obesidad no solo se manifiesta en términos de salud física, sino también en el ámbito social y laboral. La Secretaría de Salud ha advertido que las personas con obesidad enfrentan estigmatización, lo que afecta su autoestima y dificulta su integración en el mercado laboral.
Además, el Consejo para Prevenir y Eliminar la Discriminación de la Ciudad de México (COPRED) ha reconocido la “gordofobia” como una forma de violencia estructural que limita el acceso a oportunidades, incluyendo el empleo.
En tanto, el doctor Castañeda señaló que muchos de sus pacientes han compartido experiencias de discriminación en el trabajo, desde dificultades para ser contratados hasta burlas por su apariencia física.
“Hay que recordar que el paciente con obesidad puede ser un paciente que, durante años, ha tratado de bajar de peso y que ha obtenido dietas fallidas y que, de manera constante son criticados (...) y eso hace que las enfermedades mentales como la depresión, la ansiedad y el estrés jueguen un papel fundamental en esto para que repercuta de manera negativa, no solo en el trabajo, sino también en la vida social y personal”, explicó
Según el especialista, es fundamental que las empresas adopten medidas para apoyar a sus empleados en la recuperación de su salud, en lugar de estigmatizarlos o culparlos.

Además, para el doctor José Antonio Castañeda, las empresas tienen la responsabilidad de considerar el bienestar de sus empleados como una inversión estratégica. Implementar programas de salud, ofrecer acceso a tratamientos médicos y facilitar opciones de financiamiento para intervenciones como la cirugía bariátrica no solo beneficia a los trabajadores, sino que también mejora la productividad y el rendimiento de las organizaciones.
“Estamos creando procedimientos que se enfocan, no tanto en hacer que el paciente pierda peso, sino en controlar las enfermedades que están relacionadas a la obesidad”, expresó.
Finalmente, el especialista aseveró que la obesidad y las enfermedades asociadas no son problemas menores ni temporales. Por el contrario, representan un desafío que requiere ser enfrentado con responsabilidad y compromiso tanto por parte de los individuos como de las empresas.
Invertir en la salud del personal no solo fortalece el capital humano, sino que también protege el desempeño económico de las organizaciones.