¿Quién es Celeste?, la ex pareja de Arturo Beltrán Leyva que reveló todo a Anabel Hernández

La mujer, que vivió una década al lado de uno de los principales aliados de la organización, rompió el silencio y reveló presuntas conexiones entre el narco y figuras clave del gobierno mexicano

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Redes de corrupción protegían al
Redes de corrupción protegían al cártel según las confesiones de la mujer a la periodista. (Cuartoscuro)

El rol de las mujeres en el narcotráfico ha sufrido una transformación profunda, de ser figuras periféricas, tradicionalmente encasilladas como parejas sentimentales o víctimas colaterales, pasaron a ocupar espacios estratégicos y ejercer influencia dentro de las redes criminales. Este cambio desmontó estereotipos y evidenció su participación directa en múltiples esferas del crimen organizado.

La periodista Anabel Hernández, conocida por su labor investigativa en temas de narcotráfico, desmiente la imagen glamorosa que la cultura popular construyó sobre estas mujeres. “Lejos de ser las muñecas de la mafia con dinero y vidas perfectas como los medios y la televisión han querido dibujarlas, las mujeres ligadas al narco tienen un papel de apoyo a las parejas, de ‘cohesión de la familia’ y del grupo criminal pero también viven como ‘esclavas’”, expresó durante su participación en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL, 2021), en Jalisco.

Para Hernández, el papel femenino es esencial en la dinámica emocional y operativa de los grupos criminales. “Son el nutriente emocional y psicológico de estos hombres, son el ingrediente fundamental para mantener cohesionadas a las familias y así extienden y multiplican su especie porque los hijos e hijas que crecen en estos ambientes terminan reproduciendo estos esquemas criminales”, sostuvo en ese foro.

Este enfoque se amplía en su obra Las señoras del narco. Amar en el infierno (2023), donde ofrece el retrato de una figura clave en la estructura de los Beltrán Leyva, brazo armado del Cártel de Sinaloa. La protagonista, identificada como Celeste, presenció de primera mano las dinámicas de poder, los vínculos con autoridades y las intrincadas redes del narco.

Celeste, cuyo testimonio fue documentado tanto en investigaciones como en el libro de Hernández, revela aspectos desconocidos de la vida privada de Arturo Beltrán Leyva, primo de Joaquín “El Chapo” Guzmán. Su relato expone el entorno de violencia, control y lealtades que rodea al capo, aportando elementos valiosos para entender la dimensión íntima y operativa del cártel.

La mujer que compartió años
La mujer que compartió años con Arturo Beltrán Leyva desvela pactos de corrupción. (Archivo Infobae)

La mujer en el corazón del imperio Beltrán Leyva

En el mundo impenetrable del narcotráfico mexicano, pocas mujeres han estado tan cerca del poder como Celeste V., figura central del libro escrito por la periodista Anabel Hernández. Durante una década, fue confidente, amante y pieza clave en la vida privada y operativa de Arturo Beltrán Leyva, alias “El Barbas”, uno de los capos más violentos y temidos del crimen organizado en México.

Celeste no fue su esposa oficial, ese lugar lo ocupaba Ilyana Marcela Gómez Burgueño, pero sí la mujer que lo acompañó de forma continua e íntima, la que conoció de primera mano las entrañas del cártel y sus vínculos con funcionarios, empresarios y otros jefes del narcotráfico.

Anabel Hernández la describe como “una mujer de 43 años, 1.68 metros de estatura, complexión media, tez apiñonada y cabello largo teñido de rubio”, acompañada por sus dos hijas menores, Teresa y Caridad, cuando fue interceptada por agentes migratorios. “Soy Celeste V. Soy la mamá de la hija del narcotraficante Arturo Beltrán Leyva, y me quieren matar”, les dijo, según el libro.

Celeste fue testigo directa del funcionamiento interno del grupo criminal fundado por su pareja en 2008, tras romper con el Cártel de Sinaloa. Su cercanía con Arturo no solo se tradujo en una relación afectiva, también implicó responsabilidades estratégicas. En los últimos días del capo, abatido por elementos de la Marina el 16 de diciembre de 2009 en Cuernavaca, Morelos, le confió dos memorias USB con información delicada y le pidió que las entregara a autoridades de Estados Unidos. El objetivo, asegurar la vida de sus hijos, quienes se convirtieron en su única prioridad tras la caída del líder.

“Celeste era una mujer en llamas que había combatido contra la muerte desde el día en que fue procreada”, narra Hernández. La periodista retrata a una mujer endurecida por la violencia, marcada por la traición, pero también determinada a sobrevivir en un mundo donde muy pocas lo logran.

A diferencia de Marcela Gómez, Celeste generó una confianza inquebrantable en Arturo, no lo celaba ni lo vigilaba, lo que la convirtió en guardiana de sus secretos más profundos. Fue parte del círculo más íntimo del capo hasta el final. Su testimonio, revela el rostro poco conocido de una guerra que ha cobrado miles de vidas y donde las mujeres han sido protagonistas, aunque casi siempre desde las sombras.

Testimonios de Celeste destaparon cómo
Testimonios de Celeste destaparon cómo la política y el narco se entretejen en México.(Especial Infobae: Jovani Pérez)

La voz que exhibió una presunta red narco-política en México

En Las señoras del narco, Celeste V. no sólo revela la vida íntima del capo, sino que traza un mapa de complicidades que alcanza a funcionarios, militares y figuras del espectáculo. A través de su relato, emergen nombres como Galilea Montijo, Ninel Conde y Karla Panini, mencionadas por sus presuntos vínculos con capos.

Pero también aparecen políticos y funcionarios de todos los niveles, Félix Salgado Macedonio, el ex senador Pedro Haces, el general Salvador Cienfuegos y Omar García Harfuch, a quien Hernández calificó como “cachorro del grupo criminal encabezado por Genaro García Luna y Luis Cárdenas Palomino”.

“Celeste me permitió confirmar y ampliar lo que he investigado por años”, explicó la autora en entrevista con Zeta. Una de las revelaciones más delicadas fue que al menos hasta 2018, “El Abulón”, suegro de la actual gobernadora de Guerrero Evelyn Salgado Pineda, era miembro activo del cártel.

La testigo también ubicó a Cienfuegos como colaborador de Arturo en Acapulco, y recordó una conversación: “¿Cómo te fue en la junta con Cienfuegos?”, le preguntaron al capo. Celeste también presenció cómo se comunicaban en altavoz con altos mandos policiacos, incluido García Luna, revelando un sistema de protección institucional.

En su testimonio, Celeste describe un entramado de corrupción que no distingue entre partidos ni niveles de gobierno. Afirmó que Beltrán Leyva “no respetaba ni a la ley ni a los funcionarios, los billeteaba, igual que a las mujeres”, escribió Hernández en su columna para DW del 19 de octubre de 2023.