
La Secretaría de Gestión Integral del Agua (SegiAgua) informó que, debido a una fuga detectada en una línea de 60 pulgadas del Ramal Teoloyucan, operado por el Organismo de Cuenca Aguas del Valle de México (OCAVM), se prevé una reducción del 50% en el suministro de agua hacia los tanques Chalmita. Esto afectará el servicio en diversas zonas de la Ciudad de México.
Derivado de esta situación, se espera una disminución tanto en el volumen como en la presión del agua potable en sectores específicos de la capital, particularmente en la zona poniente de la alcaldía Gustavo A. Madero, el oriente de Azcapotzalco, el norte de Venustiano Carranza y el nororiente de Cuauhtémoc.
La SegiAgua aseguró que personal del OCAVM ya trabaja en la reparación de la fuga, estimando que estas labores concluyan en las próximas 48 horas. Se prevé que el servicio comience a regularizarse de manera gradual a partir de la tarde del viernes 25 de abril.

Para aminorar las afectaciones a la ciudadanía, la SegiAgua pone a disposición la línea H2O (426), donde los habitantes de las zonas afectadas podrán solicitar el servicio gratuito de pipas de agua para abastecerse mientras se concluyen las reparaciones.
Las autoridades hacen un llamado a la población a utilizar el agua de forma responsable y mantenerse atenta a los comunicados oficiales sobre la evolución del suministro en las zonas impactadas.
La conservación del agua es esencial para garantizar la disponibilidad de este recurso vital frente al crecimiento poblacional, el cambio climático y la escasez hídrica en diversas regiones del mundo. Este proceso implica el uso eficiente y sostenible del agua, protegiendo su calidad y reduciendo el desperdicio.

El agua es fundamental para la vida, siendo indispensable para la agricultura, la industria, la generación de energía y el consumo humano. Sin embargo, su disponibilidad no es ilimitada. Solo el 2.5 % del agua en el planeta es dulce, y gran parte de esta se encuentra inaccesible en glaciares o aguas subterráneas profundas. Por ello, la gestión responsable de este recurso es crucial.
Las medidas de conservación incluyen el uso de tecnologías más eficientes, como sistemas de riego por goteo en la agricultura, la reparación de fugas en redes urbanas, la recolección de agua de lluvia y la reutilización de aguas residuales tratadas. Además, sensibilizar a la población sobre hábitos de ahorro en el hogar es clave para reducir el consumo.
La protección de fuentes de agua, como ríos y acuíferos, es igualmente importante, ya que la contaminación compromete su disponibilidad. Preservar el agua asegura un desarrollo sostenible, evitando crisis futuras y garantizando el acceso para las próximas generaciones.