
El té de manzanilla combinado con cúrcuma no solo es una bebida reconfortante, sino que también ofrece una amplia gama de beneficios para diversos órganos y sistemas del cuerpo humano.
Esta infusión, que combina las propiedades calmantes de la manzanilla con los efectos antioxidantes y antiinflamatorios de la cúrcuma, ha sido objeto de interés por sus posibles aplicaciones en la salud cerebral, digestiva, hepática, cardiovascular e inmunológica.
Según los especialistas, la clave de los beneficios radica en los compuestos activos presentes en ambos ingredientes. La manzanilla contiene flavonoides como la apigenina, aceites esenciales y agentes antiinflamatorios, mientras que la cúrcuma aporta curcumina, un potente antioxidante con propiedades hepatoprotectoras y moduladoras del sistema inmune.
Beneficios para el cerebro: reducción de la ansiedad y posible neuroprotección
Uno de los principales órganos beneficiados por esta combinación es el cerebro. La manzanilla, gracias a su efecto sedante y ansiolítico, actúa sobre los receptores GABA, lo que contribuye a reducir la ansiedad y mejorar la calidad del sueño.
Por su parte, la cúrcuma, con su capacidad para disminuir la inflamación cerebral y el estrés oxidativo, podría desempeñar un papel importante en la prevención de enfermedades neurodegenerativas.

Mejora de la digestión y alivio de molestias gastrointestinales
Otro de los beneficios destacados de esta bebida se relaciona con el sistema digestivo. La manzanilla, conocida por sus propiedades antiespasmódicas y carminativas, ayuda a aliviar los gases y los espasmos intestinales.
Por otro lado, la cúrcuma estimula la producción de bilis, lo que facilita la digestión de las grasas y mejora el proceso digestivo en general.
Esta combinación resulta especialmente útil para personas que padecen síndrome de intestino irritable, gastritis leve o dispepsia, ya que contribuye a calmar la inflamación intestinal y a mejorar el confort digestivo.
Apoyo al hígado: desintoxicación y protección hepática
El hígado es otro de los órganos que se beneficia significativamente de esta infusión, según estudios. La cúrcuma, reconocida por su efecto hepatoprotector, ayuda al hígado a procesar toxinas y a combatir la inflamación.
Estudios realizados en animales y humanos han demostrado que la curcumina puede reducir el daño hepático causado por el consumo de alcohol, medicamentos o enfermedades hepáticas crónicas.
Este efecto protector convierte al té de manzanilla con cúrcuma en una opción natural para quienes buscan apoyar la función hepática.

Salud cardiovascular: protección de las arterias y mejora de la circulación
Especialistas también han destacado los beneficios de esta infusión para el sistema cardiovascular. Tanto la manzanilla como la cúrcuma poseen propiedades antiinflamatorias y antioxidantes que contribuyen a proteger las arterias y mejorar la circulación sanguínea.
Además, la cúrcuma ha demostrado ser eficaz en la reducción de los niveles de colesterol LDL (conocido como colesterol “malo”) y triglicéridos, lo que podría disminuir el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
Refuerzo del sistema inmunológico
Por último, esta bebida tiene un impacto positivo en el sistema inmunológico. La manzanilla, con sus propiedades antibacterianas y antivirales, ayuda a combatir infecciones leves, mientras que la cúrcuma modula la respuesta inmune y reduce la inflamación sistémica.
Este efecto combinado convierte al té de manzanilla con cúrcuma en un aliado para fortalecer las defensas del organismo y combatir procesos inflamatorios crónicos.

Recomendaciones para el consumo y cómo prepararlo
Es recomendable consumir entre una y dos tazas de esta infusión al día, preferiblemente por la noche si se busca un efecto relajante. Para maximizar los beneficios de la cúrcuma, se sugiere añadir una pizca de pimienta negra o unas gotas de aceite, como de coco o de oliva, ya que estos ingredientes mejoran la biodisponibilidad de la curcumina.
Ingredientes:
- 1 taza de agua (250 ml)
- 1 bolsita de té de manzanilla o 1 cda de flores secas
- ½ cucharadita de cúrcuma en polvo (o un trocito de cúrcuma fresca rallada)
- 1 pizca de pimienta negra molida (opcional, pero mejora la absorción de la curcumina)
- 1 cucharadita de miel o stevia (opcional)
- Unas gotas de jugo de limón o un chorrito de leche vegetal (según tu gusto)
Instrucciones:
- Calienta el agua sin que llegue a hervir completamente (esto preserva mejor los compuestos activos).
- Añade la cúrcuma (en polvo o fresca) y deja hervir a fuego bajo por 3-5 minutos.
- Retira del fuego, agrega la manzanilla y deja infusionar tapado unos 5-7 minutos.
- Cuela (si usaste flores sueltas o cúrcuma fresca).
- Añade la pimienta negra, miel, limón o leche vegetal al gusto.
En conclusión, el té de manzanilla con cúrcuma se presenta como una opción natural y accesible para promover la salud integral del cuerpo.