¿Qué dice la Psicología de las personas que siempre quieren ser los protagonistas?

Algunas conductas cotidianas son estudiadas por especialistas de la ciencia que estudia la mente humana

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En algunos contextos la búsqueda
En algunos contextos la búsqueda de protagonismo puede llegar a ser considerada como egocentrismo. - (Imagen Ilustrativa Infobae)

Cuando se dice que una persona es muy protagonista, se hace referencia a alguien que busca constantemente atraer la atención de los demás y destacar en cualquier situación. Este comportamiento puede manifestarse en contextos sociales, laborales o familiares, donde la persona tiende a priorizar su propia opinión, necesidades o experiencias sobre las de los demás.

Aunque en muchos contextos una persona protagonista puede llegar a verse como algo positivo, debido a que se asocia con la iniciativa y el esfuerzo, este tipo de actitud también puede generar tensiones o incomodidad en las relaciones interpersonales, ya que puede percibirse como un carácter egocéntrico o invasivo.

Sin embargo, más allá de los juicios personales o morales respecto a estas personas, desde un punto de vista científico, en la rama de la psicología se han hecho múltiples investigaciones para lograr descifrar algunas características que permitan explicar este tipo de comportamientos sociales.

La razón detrás de la búsqueda de protagonismo

La búsqueda constante de atención
La búsqueda constante de atención puede llegar a reflejar necesidades internas.

La necesidad de algunas personas de ser siempre protagonistas puede explicarse desde la psicología a través de varios factores relacionados con la personalidad, las dinámicas sociales y las necesidades emocionales. De acuerdo con el estudio “El yo en la psicología social” del psicólogo social Roy F. Baumeister entre las razones más comunes se encuentran:

Inseguridad personal: contrario a lo que podría pensarse, algunas personas buscan ser protagonistas para compensar inseguridades internas. Según la teoría de la autocompasión del propio Baumeister menciona que quienes tienen una autoestima frágil pueden adoptar comportamientos ostentosos o dominantes para proyectar confianza.

La atención de los demás actúa como un refuerzo temporal de su valía personal, aunque no resuelve la inseguridad subyacente.

Entorno social: en culturas individualistas, donde se valora el éxito personal y la visibilidad, las personas pueden sentirse presionadas a destacar para ser percibidas como exitosas. Las redes sociales han amplificado este fenómeno, ya que plataformas como Instagram o TikTok recompensan la atención con likes y seguidores.

El condicionamiento social refuerza la idea de que ser protagonista equivale a tener valor o estatus.

Factores contextuales: Una educación que refuerce excesivamente la atención (por ejemplo, padres que premian solo los logros visibles) o, por el contrario, la negligencia emocional, puede fomentar esta necesidad de protagonismo. John Bowlby en su teoría del apego sugiere que las carencias afectivas en la infancia pueden traducirse en comportamientos de búsqueda de atención en la adultez.

En contextos laborales o sociales donde la visibilidad está vinculada al éxito, las personas pueden adoptar actitudes protagónicas para destacar.

El trastorno narcisista

El trastorno narcisista puede llegar
El trastorno narcisista puede llegar a afectar entornos sociales si no se trata con especialistas.

Más allá de la búsqueda de protagonismo cuando se junta con otras conductas puede ser señal de un trastorno narcisista, el cuál de acuerdo con el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5) es una condición mental caracterizada por un sentido exagerado de la propia importancia, una necesidad constante de admiración y la falta de empatía hacia los demás.

Las personas con este trastorno suelen tener una imagen inflada de sí mismas y creen ser superiores o especiales, lo que los lleva a exigir atención y privilegios. Este comportamiento puede ocultar una autoestima frágil, que los hace extremadamente sensibles a la crítica o el rechazo.

Entre los síntomas comunes se encuentran la dificultad para reconocer las emociones o necesidades de otras personas, el uso de relaciones interpersonales para beneficio personal, y un constante deseo de ser el centro de atención. Además, suelen mostrar una preocupación excesiva por el éxito, el poder o la belleza, acompañado de fantasías de grandeza.

El trastorno narcisista suele desarrollarse por una combinación de factores genéticos y experiencias de vida, como una crianza con exceso de críticas o, por el contrario, con una sobrevaloración desmedida. Es un diagnóstico clínico que debe ser realizado por profesionales de la salud mental y puede abordarse con terapia, específicamente la psicoterapia.