
En el corazón de la cocina yucateca hay un ingrediente ancestral que destaca tanto por su sabor como por sus propiedades nutricionales, la chaya. Conocida también como “espinaca maya”, esta hoja verde es utilizada desde tiempos prehispánicos y forma parte esencial de la identidad culinaria de la región. Su versatilidad permite incorporarla en empanadas, albóndigas, pipiánes, aguas frescas e incluso en tamales, donde cobra un protagonismo especial.
De acuerdo con el sitio especializado Gourmet de México, el uso de la chaya se remonta a la época maya y representa una herencia alimentaria que sigue viva en las cocinas tradicionales. Uno de los platillos más emblemáticos es el tamal dzotobichay, del maya Ts’o tobil chay, que significa “masa de maíz con chaya”, conocido también como “brazo de reina” desde la época colonial. Este alimento no solo se consume por su sabor, sino que se vincula con rituales agrícolas para pedir buenas cosechas.
Además del contexto gastronómico, la chaya también está envuelta en creencias populares. Según cuenta la leyenda, antes de cortar sus hojas es necesario pedir permiso a la planta, ya que se cree que en ella habitan espíritus de la naturaleza. De no hacerlo, la leyenda advierte que las hojas podrían adquirir un sabor amargo y picante al cocinarlas. Los tamales de chaya son fáciles de preparar, nutritivos y se convierten en una excelente opción durante este Viernes Santo que no se come carne, cuando muchas familias buscan platillos libres de carne.

La chaya, el tesoro verde de Yucatán que enriquece tamales
Los tamales de chaya son una delicia tradicional que combina ingredientes sencillos con gran valor nutricional. Elaborados con masa de maíz mezclada con hojas de chaya finamente picadas, se rellenan con una sabrosa mezcla de huevo duro y pepitas molidas, todo envuelto en hojas de plátano que aportan aroma y sabor al cocerse al vapor.
Ingredientes
- Hojas de chaya desinfectadas y picadas finamente
- Masa para tamal (puedes usar masa de maíz nixtamalizado)
- Aceite de oliva
- Sal al gusto
- Huevos duros picados
- Pepitas molidas (semillas de calabaza)
- Hojas de plátano para envolver los tamales
Para la salsa
- Tomates verdes
- Chiles serranos
- Cebolla
- Ajo
- Cilantro
- Sal
Preparación
- Mezcla la masa con aceite de oliva, sal y las hojas de chaya picadas hasta obtener una masa uniforme.
- En otro recipiente, mezcla los huevos duros picados con las pepitas molidas.
- Corta las hojas de plátano en rectángulos y coloca una capa de masa, luego una capa de la mezcla de huevo y pepita, y cubre con más masa. Envuelve y cierra bien.
- Cocina los tamales en una olla vaporera durante aproximadamente 90 minutos.
- Para la salsa, hierve los tomates verdes, chiles, cebolla y ajo, luego licúa con cilantro y sal al gusto. Sirve los tamales con esta salsa.

¿Cuáles son las propiedades de la chaya?
La chaya, una planta tradicionalmente consumida en el sureste de México, ha llamado la atención por su notable valor nutricional. Según Animal Gourmet, su consumo puede ayudar a reducir los triglicéridos y colesterol en la sangre, lo que la convierte en un alimento aliado de la salud cardiovascular. Además, el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT) destaca que la chaya posee más propiedades nutricionales que otras hortalizas populares como la espinaca, el amaranto, la col y la lechuga.
Entre los nutrientes más relevantes presentes en la chaya se encuentran el hierro, la proteína, la fibra, el calcio, el potasio y las vitaminas A y C. Gracias a esta composición, su ingesta puede fortalecer el sistema inmunológico, promover la salud ósea debido a su contenido de calcio y vitamina K, y mejorar la digestión gracias a su aporte de fibra. Algunos estudios incluso sugieren que podría ayudar en la regulación de los niveles de azúcar en sangre, lo que la hace especialmente valiosa para personas con diabetes.
Su riqueza en antioxidantes también es clave, ya que estos compuestos ayudan a combatir el estrés oxidativo, un factor relacionado con el desarrollo de enfermedades crónicas. En conjunto, el perfil nutricional y el sabor distintivo de la chaya la posicionan como un verdadero tesoro dentro del mundo de la alimentación, especialmente cuando se consume de forma moderada y bien cocida, aprovechando al máximo sus beneficios para la salud.