La enfermedad que causó la muerte prematura de Sor Juana Inés de la Cruz

La obra literaria de Sor Juana abarcó una amplia variedad de géneros, desde la poesía hasta el teatro

Guardar
Sor Juana Inés de la
Sor Juana Inés de la Cruz nació en 1648 en San Miguel de Nepantla, México, marcando la historia del barroco literario. FOTO: Archivo

Sor Juana Inés de la Cruz, conocida como la “décima musa de México”, falleció el 17 de abril de 1695 con solo 43 años de edad, y aunque se muerte se considera prematura, logró consolidar una carrera como escritora, filósofa y poeta. A poco más de tres siglos, su obra se mantiene como un referente en la cultura de nuestro país.

Nacida en Nepantla, Estado de México, Juana Inés de Asbaje y Ramírez de Santillana llevó a cabo sus primeros años de estudios de latín en casa de sus tíos María Ramírez y su esposo Juan de Mata. En 1964 se integró como dama de compañía de la virreina, Leonor María Carreto, marquesa de Mancera, lo que le permitió seguir su formación.

Después de tres años como cortesana, decidió ingresar al convento de San José de las Carmelitas Descalzas, pues esta era la única opción que tenía una mujer para poder dedicarse al estudio.

La intelectual permaneció durante unos tres meses con la orden de las Carmelitas Descalzas, pero finalmente decidió abandonar la institución. Posteriormente, ingresó como novicia al convento de San Jerónimo, donde dio inicio a la creación de su obra literaria, permaneciendo allí hasta el final de sus días.

Un brote de peste dentro del convento de San Jerónimo es señalado como el origen de la enfermedad que acabó con la vida de muchas monjas. Se cree que en sus últimos meses, Sor Juana dejó de escribir para dedicarse al cuidado de sus hermanas, razón por la cual ella misma terminó contagiada.

Su ingreso al convento de
Su ingreso al convento de San Jerónimo permitió a Sor Juana desarrollar su obra y pensamiento en un entorno favorable.. (Foto: Twitter/@Claudiashein)

Aunque no existen pruebas concluyentes sobre las epidemias que afectaron a la región de la Nueva España en aquella época. Entre las posibles causas, se sospecha que podría tratarse de cólera o fiebre tifoidea, enfermedades comunes en ese periodo.

Legado literario de Sor Juana Inés de la Cruz

la vida de Sor Juana estuvo profundamente influenciada por las restricciones sociales y religiosas del siglo XVII en el Virreinato de Nueva España. A pesar de los obstáculos impuestos por su condición de mujer y las expectativas de la época, logró construir una carrera literaria que le otorgó reconocimiento en vida. Su relación con la virreina María Luisa Manrique de Lara fue clave para su desarrollo artístico, ya que esta se convirtió en una de sus principales mecenas y destinataria de muchos de sus poemas.

Entre sus obras más destacadas se encuentra la redondilla “Hombres necios que acusáis…”, un texto que se ha interpretado como un temprano manifiesto en defensa de los derechos de las mujeres. Este poema, que critica la hipocresía de los hombres hacia las mujeres, es considerado un ejemplo de su audacia intelectual y su capacidad para desafiar las normas de su tiempo.

Una obra literaria que trasciende géneros y épocas

Sor Juana abarcó una amplia variedad de géneros, desde la poesía hasta el teatro. Su poema “Primer sueño” (1692), una obra de gran complejidad alegórica y homenaje al estilo de Luis de Góngora, es considerado uno de los textos más importantes de la literatura en lengua española.

Este poema, de interpretación esquiva, ha sido objeto de análisis por parte de especialistas que destacan su riqueza simbólica y su profundidad filosófica.

En el ámbito teatral, Sor Juana escribió obras como “Los empeños de una casa” y “Amor es laberinto”, que fueron representadas en escenarios palaciegos y reflejan la influencia de dramaturgos como Calderón de la Barca y Lope de Vega.

Además, compuso doce loas dedicadas a figuras notables como Carlos II, así como villancicos que celebraban festividades religiosas con un estilo más popular y accesible. Entre sus contribuciones al teatro religioso, destaca el auto sacramental “El divino Narciso” (1690), una obra que combina elementos teológicos y mitológicos con una narrativa profundamente simbólica.

La Respuesta a Sor Filotea y el enfrentamiento con el clero

La exposición pública de Sor Juana y su estilo de vida independiente generaron críticas por parte de algunos sectores del clero, quienes consideraban inapropiado que una mujer, además religiosa, dedicara su tiempo a la escritura y al estudio.

En respuesta a estas acusaciones, escribió la célebre “Respuesta a Sor Filotea”, un texto en el que defendió el derecho de las mujeres a la educación y a la expresión intelectual. Este documento es considerado un hito en la historia del pensamiento feminista, ya que argumenta con firmeza la capacidad de las mujeres para participar en el ámbito intelectual.

Sin embargo, en los últimos años de su vida, Sor Juana dejó de escribir y se dedicó exclusivamente a las labores religiosas, un giro que algunos atribuyen a la presión ejercida por las autoridades eclesiásticas.