
Durante años, los jugos verdes se han ganado fama de ser el remedio natural por excelencia: “limpian” el cuerpo, dan energía y prometen desintoxicar. Sin embargo, no todo lo que parece saludable lo es. Algunas de las verduras más comunes en estos batidos pueden dañar tus riñones si los tomas sin medida.
Uno de los ingredientes más populares, la espinaca, contiene una sustancia llamada oxalato. Cuando se consume en exceso, el oxalato puede provocar la formación de piedras en los riñones, también conocidas como cálculos renales. Es decir, esos jugos que muchos toman para “cuidarse” podrían estar causando justamente lo contrario.
Lo que pocos te dicen del jugo verde
El problema no está en tomarlo de vez en cuando, sino en hacerlo todos los días sin saber lo que lleva y cómo puede afectar al cuerpo. La espinaca, el betabel (remolacha), la acelga y otras hojas verdes contienen minerales en grandes cantidades. Cuando el cuerpo intenta eliminar ese exceso, los riñones hacen un sobreesfuerzo que, a la larga, puede ser perjudicial.
El oxalato, al mezclarse con el calcio dentro del cuerpo, forma cristales que con el tiempo pueden convertirse en piedras. Y quien ha pasado por eso, sabe que el dolor no es nada fácil de soportar.

¿Realmente ayudan a tu salud?
Los jugos verdes sí aportan vitaminas y fibra, pero eso no los convierte automáticamente en “saludables”. Al licuar grandes cantidades de verduras, el cuerpo recibe una concentración de nutrientes que no tendría si los comieras enteros. Es decir, nadie se comería en una sentada un manojo entero de espinacas, un pepino, apio, perejil y limón... pero en un solo batido, eso se convierte en una bomba de minerales.
Por eso, tomar estos jugos todos los días y en grandes cantidades puede hacer más daño que bien, especialmente si tienes antecedentes de problemas renales o no estás bien hidratado.

El falso mito de “desintoxicar”
Una de las razones por las que los jugos verdes se han vuelto tan populares es la idea de que “limpian el cuerpo”. Pero lo cierto es que el cuerpo ya tiene órganos encargados de hacer esa limpieza: el hígado y los riñones. Si están sanos, no necesitan ayuda extra para cumplir su función.
Y si no están sanos, lo peor que puedes hacer es sobrecargarlos con ingredientes que los obligan a trabajar más de la cuenta. Así que no te dejes llevar por modas o retos de “detox” sin consultar a un especialista.
