
Cuando el calor es insoportable y la sed es indomable no hay nada como una cervecita bien fría para refrescar y amenizar ese momento de soledad o con la familia, obviamente con moderación.
Una chelita es algo que siempre cae bien y antoja a todos, pero qué pasa con los diabéticos a quienes también se les antoja, pero por su condición dudan de hacerlo. Esto sabemos.
Por recomendación médica -la más lógica- lo conveniente sería no hacerlo, pero en caso de que el deseo sea mayúsculo, la respuesta corta es sí, pero con moderación y mucho cuidado.
Un hígado normal es capaz de metabolizar el alcohol, y por el otro, obtener glucosa del glucógeno almacenado; en el caso del hígado de un diabético sólo puede realizar la primera función.
La justificación
La cerveza contiene carbohidratos que se transforman en glucosa, lo cual puede elevar los niveles de azúcar en sangre. Además, el alcohol puede afectar la forma en que el cuerpo regula la glucosa, incluso puede generar hipoglucemia, especialmente si se consumen medicamentos para la diabetes.
La clave está en el equilibrio, disfrutar, sí, pero sin poner en riesgo la salud.
Agregar limón y sal -una michelada- no cambia mucho el contenido calórico o glucémico de la bebida, pero en caso de querer apaciguar el antojo, es necesario tomar en cuenta lo siguiente:
- Optar por cervezas light o sin alcohol, que tienen menos carbohidratos.
- Evitar beber con el estómago vacío.
- Acompañarla con alimentos ricos en fibra o proteínas.
- No abusar. Una sola cerveza -de lata- vez en cuando puede ser aceptable, pero más de eso puede afectar el control glucémico.
- Mide tu glucosa antes y después para ver cómo reacciona tu cuerpo.
- Consultar siempre con el médico o nutricionista, especialmente si se ingieren medicamentos como la insulina.
- Recuerda que los efectos de hipoglucemia puede mantenerse de 8 a 10 horas posteriores a la ingesta.
- Llevar consigo alimentos fuente de hidratos de carbono de absorción rápida para revertir una posible hipoglucemia.
Riesgos del alcohol en diabéticos
- Hipoglucemia. El alcohol puede provocar niveles bajos de azúcar en la sangre, incluso hasta 24 horas después de beber, los síntomas son similares a los de la embriaguez.
- Cetoacidosis. El consumo excesivo de alcohol puede causar niveles muy altos de azúcar en la sangre.
- Hipertrigliceridemia. El alcohol puede causar hipertrigliceridemia, el aumento de los triglicéridos en la sangre.
- Acidosis láctica. Aumenta el riesgo de desarrollar de acumular demasiado ácido láctico en la sangre, lo que reduce el pH del cuerpo y puede causar síntomas graves.
