Así es como los grupos criminales operan el negocio del fentanilo a través de internet

Plataformas digitales, criptomonedas y comercio en línea son utilizadas para mover dinero, comprar precursores químicos y esquivar controles financieros

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El tráfico de fentanilo se
El tráfico de fentanilo se sostiene con una red digital que combina plataformas de pago, criptomonedas, redes sociales y comercio electrónico para mover dinero, vender insumos y eludir controles financieros. (Infobae)

El tráfico de fentanilo ya no se mueve solamente por rutas clandestinas o a través de cuentas bancarias tradicionales. Hoy, buena parte del dinero que sostiene este negocio ilegal pasa por plataformas digitales, pagos entre usuarios, redes sociales y sitios web que, en apariencia, funcionan como cualquier otro espacio de internet.

Así lo muestra un informe del Departamento del Tesoro de Estados Unidos, que analizó más de mil reportes de operaciones sospechosas realizados por bancos y otras entidades financieras en 2024. El documento, titulado “Fentanyl-Related Illicit Finance: 2024 Threat Pattern and Trend Information”, detalla cómo los grupos criminales aprovechan la tecnología para mover dinero, vender drogas y adquirir los insumos necesarios para fabricar fentanilo.

Emojis, aplicaciones de pago y mensajes cifrados

Los emojis han sido utilizadas
Los emojis han sido utilizadas en aplicaciones móviles para disfrazar pagos por pastillas de fentanilo, (WhatsApp)

Dentro de Estados Unidos, muchas ventas de fentanilo ya no se pagan con dinero en efectivo ni se organizan por llamadas telefónicas. Ahora se hacen a través de plataformas de pago entre personas, como Cash App, Venmo, Zelle o PayPal, que permiten enviar dinero de forma rápida y directa desde el celular.

Estas aplicaciones, pensadas para dividir cuentas, hacer compras pequeñas o enviar dinero entre conocidos, han sido utilizadas por vendedores y compradores de drogas para ocultar pagos ilícitos. Las transacciones incluyen cantidades fraccionadas y mensajes disfrazados con emojis o palabras ambiguas, lo que dificulta que los sistemas automáticos de detección las identifiquen como sospechosas.

Algunos de los emojis más comunes identificados en los reportes son:

  • 💙 → representa pastillas azules falsificadas, muchas veces con fentanilo (como las conocidas “M30″)
  • 💊 → alude a medicamentos o pastillas en general
  • ⛽️ → se usa como código para referirse a droga potente (“gas”)
  • 📦 → hace referencia a envíos o entregas
  • 👟 o 👠 → simbolizan transporte o personas que llevan droga (“mulas”)
  • 🤖 o 👽 → en algunos casos, se usan como códigos visuales sin significado evidente, para disfrazar las transacciones

Según el informe, el 51 % de los reportes analizados en 2024 incluía este tipo de señales. También se encontraron palabras en clave como “blues”, “ills” o “dirty 30s”, que son expresiones callejeras para describir pastillas ilegales hechas con fentanilo. En muchos casos, los mensajes con estos códigos aparecían en los propios chats dentro de las aplicaciones de pago.

Estos patrones permitieron a los bancos identificar transacciones como sospechosas, sobre todo cuando los involucrados ya tenían antecedentes por delitos de drogas.

Bitcoin y dark web: las rutas del dinero oculto

El uso de criptomonedas, especialmente
El uso de criptomonedas, especialmente bitcoin, permite a los traficantes realizar pagos anónimos en mercados ilegales que operan en la darknet. (Imagen Ilustrativa Infobae)

Además de las aplicaciones móviles, el tráfico de fentanilo también se apoya en criptomonedas, especialmente bitcoin. El informe señala que cerca del 10 % de los reportes analizados incluía pagos hechos con este tipo de dinero digital.

Gran parte de estas transacciones estaban relacionadas con mercados ilegales que operan en la darknet, un sector oculto de internet al que se accede con navegadores especiales. Allí se venden drogas, armas, documentos falsos y otros productos ilegales. Las compras se hacen en criptomonedas y de forma anónima.

En los reportes se mencionan plataformas donde los usuarios convirtieron dinero tradicional en bitcoin para luego enviarlo a billeteras digitales vinculadas a estos sitios. También se identificaron casos en los que el dinero pasó por varias cuentas antes de llegar a su destino final, lo que dificulta seguir el rastro.

Plataformas chinas y mexicanas para comprar químicos

Sitios web de empresas químicas
Sitios web de empresas químicas en China ofrecen precursores de fentanilo con nombres codificados y múltiples métodos de pago, incluyendo transferencias y criptoactivos. (Imagen Ilustrativa Infobae)

Uno de los hallazgos más relevantes del informe es cómo se utiliza el comercio electrónico para conseguir precursores químicos, es decir, las sustancias necesarias para fabricar fentanilo. Muchos de estos productos se venden por proveedores en China, que operan a través de sitios web, anuncios en línea o tiendas virtuales.

Los vendedores suelen publicar los nombres de los químicos usando códigos numéricos (CAS) en lugar de términos reconocibles, para evitar ser detectados por los filtros de las plataformas o por las autoridades. Además, ofrecen distintas opciones de pago, incluyendo transferencias bancarias, servicios de envío de dinero, plataformas electrónicas y criptomonedas.

En México, empresas registradas en estados como Sinaloa y Jalisco fueron señaladas por realizar pagos a estos proveedores. Algunas de esas compañías no estaban registradas en el sector químico y fueron creadas poco tiempo antes de realizar las transacciones. En muchos casos, las transferencias se hacían a través de intermediarios ubicados en Estados Unidos o con cuentas personales, lo que refuerza la idea de que se trataba de empresas fachada.

En este informe se observa cómo los grupos del narcotráfico han evolucionado el negocio y lo que antes requería un contacto físico, una reunión o el cruce de fronteras, ahora puede organizarse desde un celular con conexión a internet. Las plataformas digitales permiten fragmentar los pagos, ocultar la identidad de quienes los hacen y moverse por canales que parecen normales.

Frente a esta nueva modalidad, las autoridades enfrentan un desafío: detectar movimientos que, por sí solos, no llaman la atención, pero que en conjunto forman una cadena de operaciones que alimenta una de las crisis de drogas más graves de los últimos años.