“Milagro” en Baja California Sur: el INAH rescata imagen de la Virgen de Guadalupe de hace más de 300 años

La pintura logró sobrevivir a factores degenerativos a lo largo del tiempo como la humedad, el polvo y fenómenos climáticos

Guardar
La imagen fue trasladada cuidadosamente
La imagen fue trasladada cuidadosamente en la serranía bajacaliforniana, en trayectos que podían llegar a durar nueve horas. (INAH/Julieta Cabriada)

La imagen de la Virgen de Guadalupe tiene un profundo significado religioso, cultural e histórico para México. Desde su primera aparición en 1531, según la tradición católica, en el Cerro del Tepeyac a Juan Diego, se ha convertido en un símbolo central de la identidad religiosa del país.

A nivel cultural, la Virgen de Guadalupe va más allá del ámbito exclusivamente religioso, ya que ha sido adoptada como un emblema nacional. Su imagen ha estado ligada a momentos cruciales de la historia de México, como la lucha por la independencia y la Revolución Mexicana, en los que era exhibida como símbolo de unión, resistencia y lucha.

Es por ello, que en la actualidad existen vestigios artísticos de más de un siglo de antigüedad que representan esta imagen religiosa como pinturas, estatuas y figurillas que se encuentran protegidas por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) debido a su importancia cultural y religiosa en su región.

El renacer de la Virgen De Mulegé

La imagen sufría una proliferación
La imagen sufría una proliferación de hongos que afectaba su conservación. (INAH/Julieta Cabriada)

El pasado 4 de abril el INAH emitió un boletín informativo en el que explicó cómo fue el proceso de restauración de una pintura de la Virgen de Guadalupe que data del siglo XVII y pertenece a las misiones jesuitas del municipio de Mulegé, Baja California Sur, donde se le considera una imagen muy milagrosa entre los feligreses de la comunidad.

De acuerdo con el comunicado, la imagen fue hallada por la familia Aguilar, asentada en Mulegé, bajo los escombros de la antigua sede de la Misión Nuestra Señora de Guadalupe de Huasinapí, fundada en 1720, al sur de la citada localidad. “Por más de ocho generaciones, mis ancestros y yo hemos sido sus guardianes”, refirió Miguel Ángel Aguilar Villavicencio, actual custodio de la pieza.

Gracias al cuidado de la familia Aguilar, la pintura logró sobrevivir, pero factores como su antigüedad y los efectos del paso del huracán “Kay”, en 2022 provocaron su deterioro con la presencia de hongos en ambas caras de su superficie. Esta situación causó una pérdida en la capa pictórica y una ondulación en el reentelado, es decir, la tela que brinda soporte al lienzo, mismo que resentía manchas y suciedad acumuladas por el paso del tiempo.

Es por ello que el INAH asistió a Mulegé para recoger la obra y llevarla a un centro de restauración especializado para rescatar su valor histórico y evitar que aumentara su deterioro.

Tras su restauración la obra
Tras su restauración la obra se devolvió a su comunidad de origen. (INAH/Julieta Cabriada)

“Para eliminar los microorganismos se hizo una limpieza profunda de la superficie y se utilizó un fungicida de amplio espectro. A continuación, el reentelado antiguo fue reemplazado para dar estabilidad a la pieza, y el adhesivo que lo unía al lino original fue sustituido con otro a base de agua, menos invasivo. La zona inferior de la pintura fue cosida al lienzo para evitar una mayor pérdida de material.”, se lee en el comunicado.

Una obra de artista desconocido

Esta pintura de la Virgen de Guadalupe posee un gran valor cultural debido a que fue utilizada en las misiones jesuitas para evangelizar a los indígenas tras la conquista española en México, siendo el único vestigio en pie de ese arte en la región.

“La Virgen es el último bien material cultural que subsiste en esa zona de misiones, una ruta que empieza en Loreto, sube a Baja California y luego a la Alta California,” sostuvo la titular del proyecto, Cabriada Martínez, quien resaltó que muchos de estos inmuebles ya no existen y lo único que prevalece de manera histórica es la pintura, por lo que adquiere una gran relevancia.

Además, esta obra tiene un autor desconocido, ya que debido a que tiene un faltante en su parte inferior, donde usualmente se colocaba la firma del autor, se desconoce el nombre del artista detrás de este lienzo de tela de lino, de 176 centímetros de largo por 138 de ancho.