
Carlos Lehder, exnarcotraficante colombiano y cofundador del Cártel de Medellín, fue detenido el viernes 28 de marzo en el Aeropuerto Internacional El Dorado, en Bogotá.
Su detención se realizó 38 años después de que Lehder fuera extraditado a Estados Unidos (EEUU) por narcotráfico. El capo colombiano arribó a Bogotá de un vuelo procedente de Alemania, país donde residía desde 2020.
De acuerdo con autoridades de Migración de Colombia, Lehder cuenta con una orden de captura vigente, aunque no se indicó por qué delito. El próximo 31 de marzo, el hombre de 74 años será presentado ante el Juzgado 18 de Ejecución de Penas.
Su reciente detención ha generado que se vuelva hablar sobre sus trayectoria delictiva y la “huella” que dejó en el negocio del tráfico de drogas internacional en las décadas de los 70 y 80.

El método Lehder
Hijo de un ingeniero que trabajaba para una compañía alemana, Carlos Lehder nació el 7 de septiembre de 1949 en la catedral de Armenia, en el departamento de Quindío.
Sin interés por cursar una carrera universitaria, Lehder se trasladó a Estados Unidos (EEUU), donde comenzó con su trayectoria delictiva. Primero inició con el robo de automóviles y posteriormente se adentró en la distribución de droga.
En 1973 fue detenido en Miami por posesión de marihuana. Tras las rejas en el penal de Danbury, Lehder conoció a un narcotraficante llamado George Jung, quien solía traficar droga desde México.
De acuerdo con Mike Vigil, exagente de la DEA (Administración para el Control de Drogas), Jung le comentó al capo colombiano sobre el negocio de transportar cocaína por avionetas, método que posteriormente adoptarían los cárteles mexicanos.

“Lehder concibió entonces la idea de utilizar avionetas para transportar la cocaína de Colombia a Estados Unidos. Era una forma más segura y rápida que lanchas, que podían ser interceptadas por los guardacostas de Estados Unidos”, señaló Vigil en una entrevista con Univisión.
Cuando Jung y Lehder salieron de prisión, idearon un plan para comenzar a traficar droga, primero a través de Belice y luego desde Colombia. Fue así como el colombiano logró hacerse de una flotilla de aeronaves para trasladar la cocaína hasta EEUU.
Para ello, Lehder adquirió unas propiedades en una pequeña isla de las Bahamas, llamada Cayo Norman. Ahí instaló una pista de aterrizaje clandestina para realizar los envíos en aviones. De esa manera pudo traficar múltiples toneladas de cocaína bajo el Cártel de Medellín, en asociación con Pablo Escobar.
Según Mike Vigil, fue precisamente este método de transportar la droga el que marcó un cambio en el narcotráfico internacional, al grado de que cárteles mexicanos comenzaron a usar aeronaves para transportar los enervantes.

“Esa relación entre Jung y Lehder transformó el tráfico de drogas, no solo en Colombia, pero también en México, porque los cárteles en México agarraron esa idea de transportar drogas por avionetas”, señaló el exagente de la DEA.
Hasta la década de los 70, una de las manera de trasladar la droga era mediante las llamadas mulas (personas que se dedican al contrabando), mismas que cruzaban la frontera a pie.
En México, el narcotraficante que exprimió el uso de aeronaves fue Amado Carrillo Fuentes, cabecilla del Cártel de Juárez. Debido a la gran flota de aviones (en su mayoría Boeing 727) de la que disponía para trasladar cocaína desde Colombia, fue apodado como El Señor de los Cielos.
Este modo de operar en los aires lo catapultó como uno de los narcos mexicanos más prolíficos de su tiempo. Sin embargo, en julio de 1997, Carrillo Fuentes murió luego de someterse a una cirugía para modificar su rostro.
El uso de aeronaves para traficar droga aún es un método que regularmente es usado por organizaciones criminales de México. Ejemplo de lo anterior es la pista de aterrizaje clandestina que fue asegurada el 29 de marzo en San Ignacio, Sinaloa. Esta pista, según los reportes, era empleada por el Cártel de Sinaloa, específicamente por los hijos de Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán.
En lo que respecta a Carlos Lehder, fue capturado en Colombia en febrero de 1987 y posteriormente extraditado a EEUU, donde fue condenado a 135 años de prisión. Gracias a su colaboración en el juicio contra el exdictador panameño Manuel Noriega, su condena se redujo a 55 años.
En junio 2020, Lehder recuperó su libertad y fue extraditado a Alemania, donde era originario su padre.