
Las suculentas son plantas que pueden encontrarse en una gran variedad de formas, colores y tamaños, y suelen ser de aspecto robusto o carnoso gracias a la capacidad que tienen de almacenar agua en los tejidos de sus hojas, tallos o raíces, lo que les permite sobrevivir en condiciones de sequía o con poca agua.
Entre las suculentas, se encuentra la sábila, también conocida como aloe vera, la cual es una planta muy valorada por sus numerosos beneficios tanto a nivel salud como belleza y, de acuerdo con la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), pertenece a un grupo que incluye aproximadamente 300 especies, entre las que destacan el Aloe perryi Baker, el Aloe ferox, el Aloe arborescens y el Aloe barbadensis Miller, siendo esta última la más utilizada en las industrias mencionadas.
Esta planta, que suele crecer en suelos arenosos, secos, arcillosos y calcáreos, se cultiva principalmente en regiones subtropicales como México y la frontera con Estados Unidos, con hojas características que pueden alcanzar entre 40 y 50 centímetros de largo y de 10 a 15 centímetros de ancho.
En el ámbito médico, es utilizada en forma de jugo o suplemento cuando se trata de su ingesta, pues ayuda a mejorar la digestión, aliviando el estreñimiento y promoviendo una flora intestinal saludable, además, sus propiedades antioxidantes contribuyen a fortalecer el sistema inmunológico, no obstante, su consumo debe ser moderado, ya que en grandes cantidades puede causar malestares estomacales.
Aunque el aloe vera ofrece múltiples beneficios, es fundamental ser precavido al utilizarlo, ya que algunas personas pueden experimentar reacciones alérgicas en la piel o efectos secundarios si se consume de manera inapropiada, por ello, como con cualquier remedio natural, es recomendable consultar con un profesional de salud antes de incorporarlo a la rutina diaria, sobre todo en mujeres embarazadas o personas con condiciones de salud específicas.
Cuáles son las propiedades terapéuticas del aloe vera

De acuerdo con la Revista de divulgación científica y tecnología de la Universidad Autónoma de Nuevo León, la composición química del aloe vera se conforma por ácidos galacturónicos y glucorónicos que están unidos a azúcares como glucosa, galactosa y arabinosa. Asimismo, especialistas del Departamento de Ingeniería en Alimentos de la Universidad de La Serena en Chile, detallaron que contiene vitaminas hidrosolubles como la tiamina (B1), riboflavina (B2), niacina (B3), ácido fólico y ácido ascórbico (C); y entre las liposolubles las vitaminas A y E, con una muy ligera cantidad de vitamina B12.
El artículo, publicado en la Revista chilena de nutrición, detalla que la importancia de la vitamina B1 recae en el papel que desempeña al convertir los nutrientes en energía, además, contribuye al adecuado funcionamiento del corazón, el sistema cardiovascular y el sistema nervioso, así como al cerebro.
Por otra parte, la vitamina B2 actúa conjuntamente con otras vitaminas del complejo B, que resulta vital para el crecimiento corporal, la producción de glóbulos rojos y el aprovechamiento energético de los carbohidratos. En tanto, la vitamina C ayuda a mantener la salud de dientes y encías, a la absorción de hierro y al mantenimiento del tejido conectivo normal, así como también a la cicatrización de heridas; finalmente, la vitamina B3 tiene como objetivo principal transformar los alimentos en energía, un proceso esencial para el organismo.
¿Por qué el aloe vera es efectivo contra la gastritis y la colitis?

El éxito del aloe vera en el tratamiento de úlceras se atribuye a sus propiedades antiinflamatorias, cicatrizantes y estimulantes de la mucosa gástrica, detalló la Revista Científica CIMEL (Ciencia e Investigación Médica Estudiantil Latinoamericana), que lo convierten en una opción terapéutica natural y accesible para tratar estas afecciones.
Gracias a sus propiedades, según un artículo publicado en la Revista Mundial de Gastroenterología, existen dos preparaciones distintas de plantas de aloe que se utilizan con mayor frecuencia con fines medicinales. En primer lugar, el exudado de las hojas se utiliza como laxante, aunque ambién posee actividad antidiabética y cardioestimulante, mientras que el gel mucilaginoso, extraído del parénquima foliar, se destina a afecciones cutáneas.
En 2007, se llevó a cabo un experimento publicado en la revista mencionada para evaluar la eficacia del gel de aloe vera en comparación con el sucralfato, un medicamento comúnmente utilizado para proteger la mucosa gástrica. Según los resultados del estudio, que utilizó un modelo animal, el Aloe vera mostró resultados prometedores en la protección contra el daño gástrico inducido por etanol.
El experimento incluyó a 36 ratas hembra de la especie Rattus norvegicus, divididas en tres grupos con diferentes tratamientos: un grupo control que recibió solución salina, un grupo tratado con gel de aloe vera (10 ml/kg) y un grupo tratado con sucralfato (500 mg/kg). Durante siete días, los animales recibieron los tratamientos por vía orogástrica antes de ser expuestos a etanol absoluto para inducir daño en la mucosa gástrica.
Los hallazgos del estudio revelaron que las ratas tratadas con aloe vera presentaron un daño gástrico significativamente menor en comparación con el grupo control. En términos cuantitativos, el área afectada en el grupo tratado con sábila fue del 1,01 %, frente al 3,66 % registrado en el grupo control; por otro lado, no se observaron diferencias significativas entre el grupo tratado con sucralfato y el grupo tratado con la suculenta en cuanto al área afectada.
A nivel microscópico, se encontró que tanto el aloe vera como el sucralfato redujeron la profundidad de las lesiones gástricas en comparación con el grupo control, sin embargo, el sucralfato mostró una mayor eficacia en este aspecto. Finalmente, en la evaluación cualitativa, ambos tratamientos demostraron una menor congestión vascular y la ausencia de lesiones severas en comparación con el grupo control.