
A casi un mes del hallazgo de prendas de vestir, artículos personales y restos óseos en el Rancho Izaguirre de Teuchitlán, Jalisco, seguimos sin conocer lo que en verdad ocurría en el que ha sido señalado como campo de adiestramiento y exterminio del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
La versión del gobierno federal sigue apuntando a que en lugar servía para entrenamiento de los sicarios del CJNG, muchos de ellos víctimas de secuestros o engañados con falsas ofertas de trabajo.
Por otro lado, el colectivo de Guerreros Buscadores de Jalisco sostiene que tienen testigos que pueden confirmar lo que encontraron en el Rancho Izaguirre: “Tenemos pruebas, tenemos testimonios, pero no nos quieren escuchar”.
En una carta dirigida a la presidenta Claudia Sheinbaum, le afirman. “Tenemos testigos dispuestos a declarar. Sabemos que la FGR puede encontrar pruebas científicas que confirmen lo que vimos. Pero hay mucha gente coludida, hay miedo, hay amenazas. A veces parece que buscarlos es el delito, cuando el delito es desaparecerlos”.

¿Había hornos crematorios en Teuchitlán?
El diario El País logró tener acceso a un estudio elaborado por investigadores de la Secretaría de Ciencia, Humanidades, Tecnología e Innovación del gobierno mexicano en el que se destacan “altas concentraciones de ceniza” y humo de hidrocarburos en 2019 en el predio de Teuchitlán.
El estudio incluye imágenes satelitales en las que se aprecian las manchas de ceniza en los mismos sitios que el colectivo de Guerreros Buscadores de Jalisco denunció a principios de marzo.
Las manchas coinciden con las huellas dejadas por crematorios clandestinos, además están cerca de la zona donde se localizaron fragmentos de hueso; sin embargo, las autoridades insisten en que “no hay evidencia de la existencia de hornos crematorios”.
Las imágenes satelitales se tomaron con la plataforma creado por el Centro de investigación en Ciencias de Información Geoespacial (Centro Geo), logrando identificar concentraciones de ceniza y columnas de humo que salían del Rancho Izaguirre en febrero de 2019.
De acuerdo con los investigadores, las columnas de humo que observaron se produjeron por la “quema de hidrocarburos como gasolina, diésel o llantas” y aunque no haya certeza de que los combustibles se utilizaron para quemar cuerpos humanos, la evidencia de las últimas semanas eleva a “muchas posibilidades de que sí sea así”, señaló al País uno de los autores del artículo.
El estudio incluye también imágenes del Sistema de Información de la NASA, el cual detectó que entre el 26 de enero y el 9 de febrero de 2019 se produjo un fuego controlado en la zona del Rancho Izaguirre.