
La gastronomía mexicana es reconocida a nivel mundial por su riqueza cultural y diversidad de sabores, considerada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO desde 2010. Su base se remonta a las tradiciones prehispánicas, donde ingredientes como el maíz, el chile y los frijoles eran fundamentales en la dieta.
El maíz es el pilar de la cocina mexicana, empleado en tortillas, tamales y pozoles. Los chiles, en sus múltiples variedades, son utilizados tanto frescos como secos, aportando desde sabores intensos hasta picor moderado. Otros ingredientes autóctonos destacados incluyen el jitomate, el cacao, el nopal y la vainilla.
Los platillos varían según la región. En el norte son comunes los cortes de carne, mientras que en el sur destacan guisos como el mole poblano y los tamales oaxaqueños. La península de Yucatán ofrece recetas originarias de la cultura maya, como la cochinita pibil. Además, las bebidas tradicionales como el pulque, el tequila y el mezcal complementan esta herencia culinaria.
Los nachos, de lo mejor de Coahuila

Coahuila, como muchos otros estados de México, es rico en diversidad gastronómica. Taste Atlas, la enciclopedia gastronómica, coloca a los nachos de Piedras Negras, ciudad de Coahuila, como de lo más delicioso de la cocina mexicana.
Los nachos tienen 4.1 estrellas de 5 y así son descritos por Taste Atlas:
“El primer plato original de nachos, compuesto de totopos, queso derretido y jalapeños, se preparó para un grupo de esposas de oficiales militares en 1943 en Piedras Negras, México. Las mujeres de la base de la Fuerza Aérea del Ejército de EE. UU. fueron a un restaurante de la ciudad llamado Victory Club”.
Y añade un poco más de su historia:

“Su maître, Ignacio “Nacho” Anaya, no pudo encontrar al cocinero, así que combinó algunos ingredientes fáciles de conseguir para las mujeres y les presentó canapés de totopos, queso y jalapeños. Así surgieron los nachos, y Anaya se convirtió en el chef del restaurante unos años después".
“El plato recibió su nombre por su apodo y se anunció en ambos lados de la frontera como Nachos Especiales. La combinación de totopos y queso derretido ganó popularidad rápidamente, por lo que para la década de 1960 se convirtió en un clásico de la cocina Tex-Mex. Algunos atribuyen a Frank Liberto el haber convertido los nachos en un fenómeno mundial, ya que él fue quien los convirtió en comida de estadio en Estados Unidos, incrementando considerablemente las ventas de nachos y aumentando aún más su popularidad”.