Prepara este delicioso pastel Ferrero con menos de 200 gramos de harina

Con un intenso sabor a chocolate y una textura crocante por las avellanas, este postre integra elementos ricos en grasas saludables y antioxidantes

Guardar
Con su sabor delicado y
Con su sabor delicado y su toque crujiente, las avellanas en este pastel recuerdan la experiencia de disfrutar un Ferrero Rocher clásico. (Imagen Ilustrativa Infobae)

Si eres un amante del chocolate y las avellanas, este pastel es la receta perfecta para consentir a tu paladar. Inspirado en el famoso Ferrero Rocher, combina la suavidad de un panqué similar al brownie, con un ganache de chocolate y un glaseado que incluye el toque crujiente de avellanas tostadas.

Perfecto para sorprender a tus seres queridos o para disfrutar de un momento dulce en cualquier momento del día, tiene la ventaja de poder mantenerse en congelación hasta 20 días antes de glasearlo, lo que te permite prepararlo con anticipación, y una vez hecho esto, puede conservarse hasta por cuatro días sin necesidad de refrigeración.

Además de su gran sabor, los ingredientes ofrecen diversos beneficios nutricionales, pues al combinar las grasas saludables de las almendras y avellanas con los antioxidantes del cacao y las propiedades energéticas de los azúcares naturales, podrás satisfacer tu antojo y contribuir al bienestar de tu cuerpo de manera moderada, sin embargo, como todo postre, es recomendable disfrutarlo con moderación para aprovechar sus beneficios sin exceder el consumo de calorías y grasas.

Receta de pastel Ferrero paso a paso

El sabor tostado de las
El sabor tostado de las avellanas combina perfectamente con el chocolate, creando una mezcla de dulzura y textura en cada rebanada.

Esta receta, publicada por el chef Irving Quiroz en la página Larousse Cocina, tiene una dificultad media y está diseñada para preparar dos pasteles que se pueden preparar sin mucha dificultad, gracias a los ingredientes sencillos pero llenos de sabor.

Ingredientes:

Para la masa

  • 155 g de harina de trigo
  • 100 g de almendra en polvo
  • 10 g de polvo para hornear
  • 30 g de cocoa
  • 350 g de huevo
  • 50 g de miel de abeja
  • 50 g de azúcar invertido
  • 160 g de azúcar
  • 150 g de crema para batir
  • 25 ml de ron oscuro
  • 50 g de avellanas, tostadas y troceadas
  • 65 g de chocolate semiamargo 65%, derretido
  • 118 g de mantequilla derretida

Para la ganache de chocolate

  • 200 g de crema para batir
  • 200 g de chocolate semiamargo 65%, derretido

Para el glaseado Rocher

  • 300 g de chocolate semiamargo 65%, derretido
  • 100 g de aceite de semillas de uva
  • 75 g de almendras, tostadas y picadas

Utensilios especiales

  • Cernidor espátula miserable
  • Cacerola
  • Licuadora de inmersión
  • Manga pastelera con duya lisa de 5 mm
  • 2 moldes para panqué de 15 cm de largo, engrasados con mantequilla y forrados con papel siliconado
  • Rejilla
  • 1 rectángulo de papel siliconado de 20 cm doblado en tres partes

Procedimiento:

Para la masa

  1. Cierne la harina de trigo, la almendra en polvo, el polvo para hornear y la cocoa. Reserva.
  2. Coloca en un tazón el huevo, la miel, el azúcar invertido y el azúcar. Mezcla con una espátula miserable para unir los ingredientes e integra la primera preparación hasta obtener una composición homogénea.
  3. Incorpora la crema para batir y el ron.
  4. Mezcla las avellanas, el chocolate y la mantequilla en un tazón.
  5. Vierte esta mezcla en el batido hasta integrar por completo.
  6. Cubre la masa del pastel con plástico autoadherente y conserva en refrigeración durante 3 horas como mínimo antes de utilizar.

Para la ganache de chocolate

  1. Coloca la crema en una cacerola a fuego bajo, caliéntala ligeramente y mezcla con el chocolate derretido.
  2. Transfiere la mezcla a un recipiente y procesa con una licuadora de inmersión hasta obtener una preparación emulsionada.
  3. Cubre con plástico autoadherente y manténla en refrigeración. Mueve la mezcla cada 10 minutos para evitar que la ganache se endurezca, hasta obtener la consistencia de una crema untable.
  4. Coloca la ganache en la manga pastelera con duya.

Para el glaseado Rocher

  1. Mezcla el chocolate con el aceite y las almendras hasta obtener una preparación homogénea. Reserva.

Para el terminado

  1. Precalienta el horno a 160 °C.
  2. Vierte la masa en los moldes preparados, hornea durante 28 minutos o hasta que, al introducir un palillo de madera, este salga limpio. El tiempo de cocción dependerá del tamaño del molde.
  3. Retira los pasteles del horno, déjalos enfriar durante 20 minutos sobre una rejilla, desmóldalos y envuelve con plástico autoadherente. Conserva en congelación durante 3 horas.
  4. Saca un pastel del congelador, retira el plástico autoadherente y colócalo sobre una tabla. Forma líneas paralelas con la ganache en la manga pastelera a lo largo de la superficie del pastel hasta cubrirla por completo.
  5. Toma el cuadro doblado de papel siliconado y, con ambas manos, pásalo sobre las líneas de ganache para alisar la superficie. Refrigera durante 2 horas.
  6. Calienta el glaseado Rocher en una cacerola a fuego bajo hasta que alcance una temperatura de 40 °C y mezcle. Coloca el pastel sobre una rejilla, báñalo por completo con el glaseado y deje que cristalice.
  7. Corta el pastel en rebanadas. Repite los pasos del 3 al 5 con el otro pastel.

Información adicional:

  • Es importante refrigerar la masa antes de hornearla pues permite un mejor desarrollo de este tipo de producto, cuya consistencia es pesada.
  • Para panqués más pequeños, hornea a la misma temperatura durante 20 minutos; para panqués más grandes, hornea durante 40 minutos aproximadamente.
  • Puedes mantener congelado este pastel antes de glasear hasta por 20 días y una vez glaseado lo puedes mantener en vitrina hasta por 4 días sin necesidad de refrigerar.

Propiedades nutrimentales de las avellanas

Las avellanas no solo añaden
Las avellanas no solo añaden una textura crujiente a esta receta. También ofrecen beneficios nutricionales, como grasas saludables y fibra. (Ivar Leidus/WikiCommons)

Según el Poder del Consumidor, existen diversas especies de avellanas, siendo las más conocidas las originarias del Piamonte y de Sicilia, en Italia, y es un fruto altamente aprovechable, pues sus cáscaras se utilizan como combustible, las hojas sirven de alimento para el ganado, y tanto la corteza como las hojas son empleadas en laboratorios para fabricar coagulantes.

En el ámbito gastronómico, la avellana seca es un alimento energético rico en lípidos, con un aporte de 400 calorías por cada 100 gramos. Contiene vitamina E, fósforo, potasio, calcio y vitamina B3. Además, es una excelente fuente de calcio y por su contenido de aceites, proteínas y carbohidratos, aporta mucha energía.

De igual manera, las avellanas contribuyen a prevenir enfermedades cardiovasculares y patológicas, gracias a su aporte natural de vitaminas E y C, actuando como antioxidantes, mientras que los ácidos grasos monoinsaturados presentes en ellas colaboran en la disminución del colesterol alto y alivian el estreñimiento.