
El pasado martes 18 de marzo, el caso de Karla Mata Flores se hizo viral luego de que la mujer recorriera las calles de Apodaca y Monterrey vestida de novia, denunciando que su wedding planner le robó 200 mil pesos. Sin embargo, lo que parecía una historia de fraude e injusticia tomó un giro inesperado cuando usuarios en redes sociales comenzaron a investigar más a fondo.
En los videos difundidos en redes, Mata Flores aparecía desesperada, exigiendo la devolución de su dinero al supuesto organizador de bodas, identificado solo como Fernando. Según la mujer, al intentar confirmar su reservación para el evento, descubrió que nunca se había realizado y que el organizador dejó de responderle.
“Fernando, regrésame todo lo que te di. Tienes hasta el 20 de marzo o subo tu foto”, amenazó la novia en una de sus publicaciones.
El caso rápidamente generó simpatía entre los internautas, quienes apoyaron su denuncia. No obstante, investigaciones en redes sociales revelaron una historia aún más compleja.

A medida que la historia tomaba más relevancia, algunos usuarios comenzaron a dudar de la versión de Karla Mata. La creadora de contenido Yuliana Martínez fue una de las primeras en señalar que el verdadero responsable del supuesto fraude podría ser su propio prometido, Martín Gámez, quien tenía un historial de fraudes inmobiliarios.
Según Yualiana Martínez, el prometido de Karla Flores había salido recientemente de la cárcel tras cumplir una condena por fraude y acumulaba deudas superiores a los 50 millones de pesos.

Entre las acusaciones en su contra se incluyen:
- Venta de viviendas que nunca entregó.
- Desalojo de una anciana de su propiedad sin pagarle nada.
- Supuestos vínculos con otros casos de estafas inmobiliarias.
Incluso, algunos usuarios en Facebook comenzaron a especular que el wedding planner denunciado podría ser nieto de una de las víctimas de Gámez, lo que aumentó aún más las sospechas de que la historia podría haber sido un montaje o un acto de venganza.

Las dudas no se detuvieron ahí. Otros internautas señalaron que todo el escándalo podría haber sido una estrategia para promocionar un salón de eventos.
Algunos comentarios en redes indicaron que no hay pruebas de la existencia de Fernando, el wedding planner, y que el supuesto robo de los 200 mil pesos nunca ocurrió realmente.

Esta teoría cobró más fuerza luego de que usuarios analizaran detalles del caso y cuestionaran la coherencia de la denuncia. En pocas horas, el relato de una víctima de fraude se transformó en un escándalo lleno de teorías y especulaciones.
Lo que comenzó como una historia de injusticia ha dejado a miles de personas dudando sobre la veracidad de los hechos, mientras el caso sigue dando de qué hablar en redes sociales.