
La ciudad de Salina Cruz experimentó un sismo que alcanzó una magnitud de 4.1 y tuvo una profundidad de 16.2 kilómetros.
Según información preliminar del Servicio Sismológico Nacional (SSN), el sismo ocurrió este 21 de marzo a las 12:59 hora del centro (18:59 UTC), con un epicentro de 99 km al sureste de la ciudad del estado de Oaxaca.
Ante una actividad sísmica importante, el Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred)recomienda no caer en rumores, ni noticias falsas y solo informarse en fuentes oficiales, como las autoridades de Protección Civil, tanto locales y estatales, así como federales.
Tras un terremoto, revisa tu hogar en búsqueda de posibles daños, utiliza tu celular solo en emergencia, no enciendas cerillos o velas hasta asegurarte que no hay alguna fuga de gas y recuerda que se pueden presentar réplicas del sismo, por lo que es importante estar alerta.
También puedes seguir las siguientes medidas antes de un sismo: alista un plan de protección civil, organiza simulacros de evacuación, encuentra las zonas de seguridad en casa, escuela o lugar de trabajo y prepara una mochila de emergencia.
Durante un terremoto guarda la calma y ubícate en un lugar seguro, aléjate de objetos que puedan caer; si estás en un vehículo, estaciónate y aléjate de edificios, árboles y postes; y si te ubicas en la costa, aléjate de la playa y refúgiate en zonas altas.
Actividad sísmica en México
Cabe mencionar que México está en constante riesgo de vivir un sismo de gran magnitud, como los sucedidos en septiembre de los años 1985 y 2017. Tales movimientos provocaron desgracias y, a pesar de ser los más recordados, no han sido los de mayor magnitud en el país.
Durante la época colonia sucedió el terremoto más fuerte registrado en la historia de lo que hoy es México. Ocurrió el 28 de marzo de 1787, su epicentro fue en Oaxaca, tuvo una magnitud de 8.6. El movimiento fue tan violento que hizo no solo que la tierra se estremeciera, además, provocó un tsunami que llegó 6 kilómetros tierra adentro.
Expertos del Centro de Instrumentación y Registro Sísmico (Cires) estiman que será posible la repetición de situaciones semejantes en el futuro próximo. Dichas conclusiones surgieron a partir de un estudio fechado en 2009 que pretendía analizar el evento citado. Se dijo entonces que puede haber terremotos de una magnitud similar en las costas de México y Centroamérica. Lo anterior porque dicha zona posee gran potencial para acontecimientos de naturaleza geológica, dada su ubicación en la llamada Brecha de Guerrero.
Sin embargo, una magnitud menor en un evento sísmico no se traduce necesariamente en una afectación menor en edificios e infraestructura. Así, en 1985 y 2017, los habitantes de la capital, Ciudad de México, debieron enfrentar la devastación producto de dos terremotos que se transformaron en un parte aguas en sus vidas.
El 19 de septiembre de 1985 sucedió un terremoto de magnitud 8.2, con epicentro en el estado de Guerrero. Eran las 07:19 horas locales (13:19 UTC). En aquel momento, se pensó que no habría más terremotos de tales dimensiones, mas un evento afín aconteció exactamente 32 años después.
El de 2017 se registró a las 13.14 horas locales (18.30 UTC) con epicentro en los límites de los estados de Puebla y Morelos y dejó un saldo de 369 muertes en el centro del país.