
La noticia generó sorpresa en la industria musical: Gerardo Ortiz, una de las figuras más populares del regional mexicano, se declaró culpable de haber realizado conciertos organizados por un promotor mexicano vinculado al Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
El caso tiene una figura central: el productor musical Ángel del Villar, fundador del sello discográfico DEL Records, señalado por las autoridades estadounidenses por presunta conspiración para violar la Ley Kingpin, que sanciona las transacciones con personas relacionadas con el narcotráfico.
Según información recién publicada por la revista Rolling Stone, el cantante del regional mexicano se declaró culpable de conspiración para realizar transacciones con bienes pertenecientes a un narcotraficante especialmente designado, en violación de la Ley Kingpin, y aceptó haber participado en múltiples conciertos promovidos por Jesús Pérez Alvear, alias “Chucho” Pérez, quien había sido señalado desde 2018 por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos de ser un operador financiero del CJNG y Los Cuinis.
Durante el proceso judicial, se reveló que Ortiz fue advertido por el FBI en 2018 sobre la prohibición de mantener vínculos comerciales con Pérez Alvear tras su designación bajo la Ley Kingpin. Pese a ello, el cantante continuó realizando conciertos para el promotor, acumulando un total de 19 presentaciones en distintas regiones de México, como Aguascalientes, Mexicali, Salamanca, Chiapas y San José Iturbide, según registros del Departamento de Justicia.
La información también señala que Ángel del Villar habría influido en la decisión del cantante de mantener la relación laboral con “Chucho” Pérez, a pesar de las advertencias de las autoridades.
DEL Records, así habría lavado dinero

El sello discográfico DEL Records, con sede en Los Ángeles, fue fundado en 2008 por Ángel del Villar y Luis Salazar. Bajo su dirección, la compañía firmó a artistas como Gerardo Ortiz, quien fue el primero; Ariel Camacho, Régulo Caro, Lenin Ramírez y Ulices Chaidez, posicionándose como una de las productoras más influyentes del género regional mexicano.
En junio de 2022, Del Villar y Scalisi fueron arrestados por el FBI, acusados de conspirar para realizar transacciones con propiedades de narcotraficantes especialmente designados. Las investigaciones incluyeron cateos a las oficinas de la disquera, donde el FBI encontró evidencia interna que demostraría que la empresa tenía conocimiento de los riesgos legales por sus vínculos con Pérez Alvear.
Según los documentos judiciales, el mecanismo de lavado de dinero operaba mediante la organización de conciertos y espectáculos musicales promovidos por empresas sancionadas por el Departamento del Tesoro, como Gallística Diamante, propiedad de Pérez Alvear.
El dinero proveniente del narcotráfico se introducía al sistema financiero mediante la compra de boletos, renta de espacios, patrocinios, contratos de producción y pagos por servicios artísticos. Al reportarse esos ingresos como parte de las actividades legales del entretenimiento, el origen ilícito del dinero quedaba oculto.
En este esquema, los conciertos de artistas firmados por DEL Records, incluyendo a Gerardo Ortiz, servían como canal para legitimar recursos. De acuerdo con las autoridades, tanto DEL Records como su subsidiaria DEL Entertainment continuaron realizando negocios con Pérez Alvear incluso después de que este fuera designado por la Ley Kingpin, lo que constituiría una violación directa a la normativa estadounidense. Además, parte de la logística operativa —como traslados, hospedaje y contratación de servicios— fue financiada desde cuentas vinculadas al sello discográfico.

Pese a sus problemas judiciales, Del Villar continúa en libertad bajo fianza, pero hoy enfrenta un proceso penal cuya resolución podría marcar un precedente en la relación entre el entretenimiento y las estructuras criminales.
Gerardo Ortiz fue el primer y principal artista representado por DEL Records, sello discográfico que bajo la dirección de Del Villar se convirtió en uno de los más influyentes de la música mexicana en Estados Unidos.
La relación entre Ortiz, Del Villar y el promotor sancionado es una de las líneas clave que la Fiscalía busca esclarecer durante el juicio, que se lleva a cabo actualmente en el Tribunal de Distrito del Centro de Los Ángeles. Según las autoridades, el productor musical habría financiado directamente algunos traslados de Ortiz, como en el caso del concierto del 28 de abril de 2018 en Aguascalientes, en el que el vuelo en jet privado fue pagado con una tarjeta de crédito a su nombre.
El fiscal federal adjunto Alexander Schwab explicó que Ortiz es ahora testigo cooperante en el proceso y su testimonio podría tener un impacto determinante en el desenlace judicial para Del Villar, quien enfrenta cargos que podrían acarrearle hasta 30 años de prisión federal.
La muerte de un testigo clave
El caso también ha cobrado una nueva dimensión tras la muerte de Jesús Pérez Alvear, quien fue asesinado el 4 de diciembre de 2024 en un restaurante de Polanco, en la Ciudad de México. De acuerdo con testigos, dos hombres armados ingresaron al local y le dispararon frente a sus acompañantes, quienes huyeron antes de la llegada de las autoridades.

Pérez Alvear, promotor musical y propietario de Gallística Diamante, había comenzado a colaborar con las autoridades estadounidenses como testigo en investigaciones sobre lavado de dinero del CJNG y Los Cuinis. En 2023, se declaró culpable ante la justicia estadounidense, lo que le permitió negociar una pena menor y regresar a México.
Según fuentes citadas por el diario Reforma, Pérez Alvear habría sostenido reuniones con agentes estadounidenses en el Hotel Sheraton de Paseo de la Reforma, donde proporcionaba información sobre las operaciones financieras del cártel. Su asesinato se produjo pese a que su nombre permanecía en la lista de sancionados del Departamento del Tesoro.
El papel de Ángel del Villar
Ángel del Villar, nacido en Zacatecas, México, es un empresario y productor musical quien comenzó a consolidar su carrera en 2008, cuando creó la compañía junto a Luis Salazar, con el objetivo de promover artistas emergentes del género regional mexicano tanto en territorio estadounidense como en México.

Desde sus inicios, DEL Records se posicionó rápidamente como una plataforma de despegue para talentos jóvenes. La empresa creció hasta integrar distintas ramas bajo el mismo conglomerado: DEL Publishing, DEL Studios y DEL Entertainment, esta última encargada de la promoción de conciertos.
Del Villar también se convirtió en figura visible del sello, participando activamente en el desarrollo artístico y estratégico de sus representados. Según entrevistas concedidas a medios especializados como Billboard, afirmaba tener “360 contratos” con sus artistas, que lo involucraban en todas las etapas de sus carreras.
En mayo de 2019, Del Villar fue galardonado con el Premio Latino Spirit en el Capitolio del Estado de California, en reconocimiento a su trayectoria empresarial y su labor filantrópica. Según el comunicado oficial, había donado más de un millón de dólares a organizaciones comunitarias, como el Hospital Infantil de Los Ángeles, programas de apoyo policial y campañas de ayuda alimentaria.
No obstante, su imagen empresarial comenzó a deteriorarse tras las investigaciones federales en Estados Unidos.
Además del caso judicial, su figura ha sido foco de atención por motivos personales. Fue pareja de la cantante Chiquis Rivera, quien posteriormente lo acusó públicamente de ser “controlador y machista”.