
En 1971, un documental que exploraba la riqueza arqueológica de México logró lo impensable: ganar un Premio Óscar y cambiar las reglas de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas.
Este logro, sin embargo, no fue obra de un cineasta tradicional, sino de un empresario mexicano cuyo nombre está más asociado con el comercio minorista que con el séptimo arte.
Manuel Arango, fundador de la reconocida cadena de supermercados Bodega Aurrerá, se convirtió en una figura clave tanto en los negocios como en el cine, dejando un legado que trasciende fronteras.
Un documental que hizo historia en los Premios Óscar

Manuel Arango, conocido por su papel en la expansión del comercio minorista en México, también fue un apasionado de la naturaleza y el patrimonio cultural del país. Este interés lo llevó a producir el documental “Centinelas del silencio”, una obra que capturó la majestuosidad de los sitios arqueológicos mexicanos desde una perspectiva innovadora.
La producción estuvo a cargo de Robert Amram y la obra fue narrada por el icónico actor mexicano Ricardo Montalbán. Este largometraje marcó un antes y un después en la historia del cine documental.
“Centinelas del silencio” no sólo destacó por su temática, sino también por sus tomas aéreas de la zona arqueológica de Teotihuacán y Chichen Itzá, lo que además tuvo impacto en la industria cinematográfica y logró un hito al ganar dos estatuillas en la misma ceremonia de los Premios Óscar.
De acuerdo con el archivo oficial de los premios Óscar, la primera de ellas fue en la categoría de Mejor Cortometraje Documental y la otra como Mejor Cortometraje de Acción en Vivo. Este doble reconocimiento fue tan significativo que llevó a la Academia a modificar sus reglas, prohibiendo que una misma obra compitiera en ambas categorías en el futuro.
La obra de Arango y Amram se centró en mostrar la riqueza cultural de México a través de sus vestigios prehispánicos, utilizando técnicas innovadoras para la época. La narración de Ricardo Montalbán añadió un toque de profundidad y emotividad que resonó tanto con el público como con los críticos.
Este enfoque permitió que el documental no sólo fuera una pieza visualmente impactante, sino también un testimonio del valor histórico y cultural de los sitios arqueológicos mexicanos.
El legado de Manuel Arango en el comercio y el cine

Antes de incursionar en el mundo del cine, Manuel Arango ya había dejado una marca indeleble en el ámbito empresarial. Como fundador de Bodega Aurrerá, una de las cadenas de supermercados más populares de México, Arango transformó el comercio minorista en el país y su visión empresarial ayudó a establecer un modelo de negocio que se convirtió en un referente para el sector.
Sin embargo, su interés por la naturaleza y el patrimonio cultural lo llevó a explorar otras áreas, como el cine. Arango utilizó su influencia y recursos para producir “Centinelas del silencio”, una obra que no sólo destacó por su calidad técnica, sino también por su capacidad para sensibilizar al público sobre la importancia de preservar el patrimonio cultural.
El caso de Manuel Arango es un ejemplo de cómo una persona puede trascender los límites de su campo profesional para dejar una huella en otras áreas. Su incursión en el cine no fue un simple experimento, sino una muestra de su compromiso con la promoción de la riqueza cultural de México.
Su trabajo en “Centinelas del silencio” no sólo le valió un lugar en la historia del cine, sino que también contribuyó a cambiar las reglas de una de las instituciones más prestigiosas de la industria cinematográfica.
El impacto de Arango en el cine y los negocios demostró que la pasión y la visión pueden abrir puertas en cualquier ámbito. Su legado, tanto en el comercio como en el cine, sigue siendo una fuente de inspiración para quienes buscan combinar el éxito empresarial con un compromiso genuino con la cultura y el arte.