
El refresco es una bebida que forma parte de la mesa de muchas familias mexicanas con el fin de acompañar los alimentos pero estudios revelan que en exceso pueden tener consecuencias graves.
De acuerdo con el estudio de calidad de 2023 de la Profeco, México era el país que más refrescos consumía a nivel mundial y señaló que “la obesidad es un problema de salud pública que con frecuencia se liga al consumo de bebidas saborizadas, como los refrescos, por su elevado contenido de azúcares.
Además, mencionó que en el 2020 se implementó el Nuevo Etiquetado Frontal en bebidas y alimentos envasados y puntualizó que es importante saber si han habido cambios en la composición de los refrescos.
Cómo fue el estudio realizado por la Profeco

El estudio realizado por el Laboratorio de Profeco, publicado en la Revista del Consumidor de mayo de 2023, tuvo como objetivo analizar y evaluar 46 marcas de refrescos envasados para determinar su cumplimiento con las normativas y características de los productos en relación con etiquetado, composición química y calidad sanitaria.
El análisis abarcó un periodo de evaluación entre el 28 de noviembre de 2022 y el 15 de marzo de 2023, con pruebas como verificación de etiquetado, veracidad de información, calidad sanitaria, contenido de cafeína, revisión del contenido neto, determinación de azúcares y contenido energético.
De acuerdo con el laboratorio del Consumidor, en la primera etapa se analizaron los productos para verificar que cumplieran con la Norma Oficial Mexicana NOM-051-SCFI/SSA1-2010, que regula el etiquetado comercial y sanitario para alimentos y bebidas no alcohólicas preenvasadas.
Los aspectos incluidos en la prueba fueron la denominación del producto, la relación de ingredientes, la información nutrimental, incluyendo los contenidos de azúcares, lotificación y fecha de caducidad así como leyendas precautorias (como advertencias sobre cafeína o edulcorantes).
En la segunda fase, evaluaron las leyendas y elementos utilizados por los fabricantes, por ejemplo, si el producto decía “refresco frutal” o indicaba contener jugo, verificando si esa declaración correspondía a su composición real.
Además, en la tercera etapa se realizaron pruebas microbiológicas para garantizar que los productos cumplieran con la NOM-218-SSA1-2011, que regula especificaciones y disposiciones sanitarias. Esto se hizo con el objetivo de asegurar la inocuidad de las bebidas.
Posteriormente se analizó el nivel de cafeína en las bebidas para corroborar que la cantidad declarada correspondiera a su etiqueta y que incluyeran las leyendas de advertencia requeridas.
Una vez con esta información, se verificó que los refrescos cumplieran con la cantidad de contenido neto declarado en su etiquetado, conforme a la NOM-002-SCFI-2011 y se midieron las concentraciones de azúcares libres, como fructosa, glucosa y sacarosa, para evaluar su aporte calórico así como los azúcares adicionados y la posible presencia de edulcorantes no calóricos.
Los refrescos que tuvieron incumplimiento normativo

De acuerdo con el estudio realizado por Laboratorio Profeco, algunas de estas bebidas incumplieron la normativa, pues se detectaron productos que no cumplían con las Normas Oficiales Mexicanas.
Por ejemplo, algunos refrescos indicaban un contenido de porcentajes elevados de jugo cuando en realidad su composición era mínima. como Sidral Aga, con solo 1% de jugo y Ameyal, que decía “refresco frutal” pero no contenía fruta.
Además, la Profeco detectó que algunas marcas contenían edulcorantes no calóricos y etiquetado precautorio: El 78.3% de los productos contenían edulcorantes no calóricos, por lo que incluían la advertencia de “No recomendable en niños”.
Otras de las marcas que no cumplieron con las normas fueron Jumex, ya que no cumplió con la NOM-002-SCFI-2011, en la que se menciona que una unidad declara 600 ml. de contenido neto, pero contiene 582 ml.
En el caso de Barrilitos, la revista del consumidor señaló que Incumple la NOM-051-SCFI/SSA1-2010, ya que dice contener fructosa y contiene Jarabe de Alta Fructosa, presume cumplir con la normativa y no lo demostró.
También Jarritos se vio afectado, pues de acuerdo con La Revista del Consumidor su slogan " Qué buenos son” pero no fue comprobable. Incluso incumplió con la NOM-051-SCFI/SSAI-2010