
Óscar Rafael Valdez Fierro, mejor conocido como Óscar Valdez, es un boxeador profesional mexicano oriundo de Nogales, Sonora. Su carrera deportiva comenzó desde temprana edad y aunque ha tenido algunas derrotas, el peleador ha hecho historia con cada paso que da.
El excampeón mundial de dos divisiones, peso pluma de la Organización Mundial de Boxeo (OMB) y super pluma del Consejo Mundial de Boxeo (CMB), también fue dos veces olímpico y aunque en el camino esquivó múltiples derechazos, no se esperaba uno que lo dejaría 11 meses sin subir al cuadrilátero.
En marzo de 2018, el mexicano se enfrentó a Scott Quigg, un peleador británico que se retiraría del boxeo dos años después. El combate se caracterizó por ser aguerrido y ambos púgiles resintieron los golpes de su oponente, aunque Óscar Valdez sorprendería a la audiencia por los resultados a pesar de tener todo en su contra.
Una mandíbula fracturada y un triunfo definitivo

“Me agarró en el quinto asalto con una derecha. Yo sentí que iba dominando la pelea y llegó ese golpe”, mencionó Oscar Valdez en una entrevista de 2022 a Erik “el terrible” Morales.
Después de comentar que el impacto lo mareó, el púgil señaló que no sentía el lado izquierdo de la quijada ni la mitad de la barbilla, por lo que no sabía en qué parte estaba la fractura. Sin embargo, intentó acomodarse la mandíbula y al no ver mejora, continuó peleando.
“Yo en mi locura pensé que me la podía acomodar. Cuando se te zafa el hombro y te lo acomodan, dije ‘lo mismo voy a hacer con la quijada’. Me la quería acomodar según yo y no podía”. Posteriormente mencionó que aunque no le dolía cuando no le pegaba, debido a la adrenalina, con cada golpe que recibía, sentía un dolor muy fuerte que subía por su rostro y se le quitaba.
Después de este suceso, concluyó el round, Óscar Valdez fue a su esquina, se sentó y comentó a su equipo que tenía “quebrada” la mandíbula pero hicieron caso omiso. Al creer que alguien detendría la pelea, se mantuvo a la expectativa pero nadie pareció notarlo, por lo que continuó el combate.

“Les dije ‘me quebró la quijada’ y no sé si por toda la gente o que ya estaban diciéndome las instrucciones, no escucharon. El único que escuchó en la esquina fue mi papá que me preguntó ‘cómo te sientes’ y le dije que bien pero dije eso nada más por decir, yo no sabía qué estaba pasando”, señaló Óscar Valdez.
“No me dio tiempo de pensar, mientras estaban hablando, yo estaba pensando ‘la va a parar mi papá’, mi papá siempre me lo dijo [...], volteé a ver al entrenador que en ese entonces era manny y dije ‘me la va a parar manny’, luego volteé a ver al referí y él pasaba a decirme el round y dije ‘me la va a parar el referí’... o me la paro yo solo porque no es bueno recibir golpes.”
Ante esta incertidumbre, el boxeador no tuvo oportunidad de reaccionar y mientras estaba pensando si la iban a parar o no, llegaron los diez segundos que indican que ya es tiempo de pararse. Valdez, preguntándose qué iba a pasar, escuchó sonar la campana y entonces comenzó el sexto round.
“Peleamos, me acuerdo más o menos ahí haciendo golpes, contestando también, termina el round y dije ‘okay, si puedo, si puedo con esto’”. Luego de sentarse y estar pensando entre cada round que podía dar uno más y uno más, llegó un momento que se quedaría muy bien grabado en su memoria
La victoria contra todo pronóstico y lo más difícil de la pelea

La lucha siguió su curso y según el boxeador mexicano, en el décimo asalto abrazó a Scott Quigg, quien desconocía la situación por la que pasaba Óscar, así que para quitar el abrazo, lo empujó de la mandíbula.
“Me empuja, escucho dos quebrones y se me quebró todavía más, entonces yo estaba con la quijada toda volteada”, afirmó el peleador mexicano.
Sin embargo, terminó la pelea con el triunfo en la mano y el mismo Óscar Valdez consideró este combate como uno de los mejores, ya que a partir de este fue que la gente comenzó a reconocerlo, aunque destacó que lo difícil no fue la pelea, sino la recuperación.
Además, obtuvo la victoria en este enfrentamiento contra todo pronóstico, ya que desde el pesaje estaba en desventaja, pues el británico subió al ring con aproximadamente siete libras (3.2 kilogramos) más que el mexicano, lo que influyó en el desarrollo de la pelea.
A pesar de ello, Valdez resistió y aunque necesitaba mejorar su defensa, se impuso en esta batalla lesionando también a su contrincante que sufrió una fractura en la nariz, según su promotor, Eddie Hearn y de acuerdo con lo evidenciado durante el transcurso de la pelea.