Latinoamérica digital: innovación y liderazgo tecnológico que ya no sólo es digital

Debido a su rápido avance en el mundo ya iniciamos otra fase de la transformación organizacional

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Enrique Portillo. El autor es
Enrique Portillo. El autor es líder del Centro de Evolución Digital, región Monterrey, de la Escuela de Negocios del Tecnológico de Monterrey Foto: (Cortesía del autor)

En un mundo donde la tecnología avanza a pasos agigantados, la transformación digital se ha convertido en un imperativo para organizaciones que desean mantenerse competitivas y relevantes; incluso, con la velocidad a la que vamos, me atrevo a pensar que en el mundo ya iniciamos otra fase de la transformación organizacional y ya no es la digital.

La transformación digital es un proceso que implica no solo la adopción de tecnologías avanzadas como la inteligencia artificial, el big data y el Internet de las cosas (IoT), sino también un cambio profundo en la mentalidad y la cultural organizacional con enfoque en la innovación coporartiva consciente.

La digitalización ha permitido a diferentes corporativos en diferentes industrias enfrentar con éxito la adaptación de sus modelos de negocio a los retos de la economía digital, integrando metodologías ágiles y esbeltas que optimizan sus cadenas de valor y mejoran la experiencia del cliente. Sin embargo, este proceso no está exento de retos.

La falta de habilidades digitales, la gran división generada por los silos organizacionales, la resistencia al cambio y la seguridad de los datos son solo algunas de las barreras que deben superarse. Claramente lo defininó Peter Drucker en algún momento: “La cultura organizacional se desayuna a la estrategia, se come a la excelencia operacional y se cena a todo lo demás”.

(Imagen Ilustrativa Infobae)
(Imagen Ilustrativa Infobae)

Una propuesa reciente del Board of Innovation (BOI), sugiere un modelo de adopción de la inteligencia artificial dividido en tres olas:

(1) Automatización de tareas rutinarias para la eficiencia y reducción de costos para la competitividad en mercados tan volubles y dinámicos.

(2) Mejora de la calidad de productos y servicios mediante la optimización de procesos para impactar la productividad y la eficiencia operativa.

(3) Transformación y creación de nuevos sistemas y mercados que redefinen sectores completos, generando modelos de negocio innovadores y sostenibles a partir de plataformas disruptivas.

Las empresas que logren navegar estas tres olas de manera consciente y estratégica, de acuerdo con el BOI, serán las que lideren el futuro de la economía digital.

De manera similar, el modelo del Iceberg de Transformación Digital de WeDoDT, desarrollado a partir de investigaciones en colaboración con instituciones educativas y empresas líderes, destaca la importancia de abordar tanto los aspectos visibles como los profundos del proceso: desde la digitalización de procesos hasta la evolución cultural y de liderazgo estratégico. En el tema sobre madurez digital en las organizaciones, se describen cinco fases principales:

Representación digital de un caballo
Representación digital de un caballo de Troya con elementos tecnológicos, simbolizando amenazas de ciberseguridad y robo de información - (Imagen Ilustrativa Infobae)

1. Inconsciente: desconocimiento sobre la transformación digital y su impacto en la organización. Se mantienen procesos tradicionales sin ninguna estrategia digital.

2. Incipiente: primeros intentos de digitalización con iniciativas aisladas, sin integración con la estrategia general del negocio.

3. Incremental: uso progresivo de tecnologías digitales para optimizar procesos específicos, aunque sin un enfoque integral.

4. Transicional: integración más profunda de tecnologías digitales con estrategias de negocio, aunque aún se enfrentan barreras culturales y estructurales.

5. Transformacional: madurez digital completa, donde la organización se redefine continuamente para aprovechar las nuevas tecnologías de manera integral y sostenida.

La transformación digital no es únicamente una cuestión tecnológica, sino un proceso de integración corporativa consciente que equilibra la ciencia y la espiritualidad humana para desarrollar un modelo de negocio inclusivo y sostenible.

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Para Latinoamérica, acelerar esta transición es fundamental para cerrar la brecha tecnológica y social que aún persiste. Aunque deberiamos quizá ya estar hablando de otros niveles de transformación para que su presencia no nos tome por sorpresa nuevamente.

Recientemente me pidieron compartir un par de reflexiones sobre el enfoque estratégico denominado “Agentic”, toda una revolución de la automatización inteligente de procesos humanos repetitivos (en algunos casos se les llama RPA’s o procesos robotizados).

Pues bien, si quisiéramos ir a la vanguardía realmente, en lugar de atender estrategias reactivas, deberíamos atender en este momento la transformación autónoma (Autonomous Transformation). Si aspiráramos a ser líderes globales, para el 2030 deberíamos estar trabajando en la transformación cuántica; pero quizá estoy exagerando en la visión, hay que comerse al elefante una mordida a la vez.

¿Estaremos realmente evolucionando a ese ritmo? Creo que no. Un ejemplo es que hoy seguimos hablando del CMO (Director de Mercadotecnia), cuando ya debería haber evolucionado a un CGO (Director de Crecimiento Organizacional), que considere estrategias de marketing digital, modelo de innovación lean-agile, inteligencia de negocios, alineación organizacional centrada en el cliente, entre otros. El pendiente es interesante y además multidisciplinario, la cultura organizacional es el reto inicial.

* Enrique Portillo. El autor es líder del Centro de Evolución Digital, región Monterrey, de la Escuela de Negocios del Tecnológico de Monterrey.