Un porcentaje significativo de adultos mayores hospitalizados desarrolla delirium, una condición que puede alcanzar hasta el 80% de los pacientes en unidades de cuidados intensivos, según informó Miriam Estrada Martínez, directora del Hospital Psiquiátrico “Fray Bernardino Álvarez”.
Este síndrome, caracterizado por alteraciones agudas y fluctuantes en el estado mental, afecta la atención, la conciencia y la función cognitiva, y aunque puede presentarse a cualquier edad, su incidencia es mayor en personas mayores de 65 años. Estrada Martínez destacó que el delirium no es una enfermedad primaria, sino una consecuencia de otros padecimientos o factores desencadenantes como la diabetes, la hipertensión, etc.
De acuerdo con Estrada Martínez, el delirium puede ser provocado por enfermedades como neumonía, insuficiencia hepática o renal, diabetes, deshidratación, hipoglucemia, problemas neurológicos o traumatismos craneoencefálicos. También puede surgir como efecto secundario de ciertos medicamentos o debido a hospitalizaciones prolongadas.
En el marco del Día Mundial de Concientización sobre el Delirium, que se conmemora cada 12 de marzo, la especialista subrayó la importancia de un diagnóstico temprano y un tratamiento adecuado para evitar complicaciones graves.
Clasificación y síntomas del delirium
El delirium se clasifica en tres tipos principales, según explicó Estrada Martínez. El tipo hiperactivo se caracteriza por agitación, conductas violentas, alucinaciones y problemas de comportamiento. En contraste, el tipo hipoactivo se manifiesta con una disminución del estado de alerta, apatía, movimientos lentos, escasa comunicación y baja respuesta a estímulos.
Por último, el tipo mixto combina episodios alternantes de agitación y somnolencia profunda. Estos síntomas pueden ser transitorios, pero si no se tratan oportunamente, el cuadro puede agravarse.
Estrada Martínez enfatizó que el tratamiento del delirium depende del control de la enfermedad subyacente que lo provoca. Por ello, es crucial que el personal de salud, independientemente de su especialidad, esté capacitado para identificar y manejar esta condición.
Además, los familiares de los pacientes deben estar atentos a señales como desorientación, confusión o somnolencia excesiva, ya que estos pueden ser indicativos de delirium.
Factores de riesgo y desencadenantes
Entre los factores de riesgo para desarrollar delirium, Estrada Martínez mencionó la edad avanzada, el deterioro cognitivo, la demencia, la polifarmacia, la dependencia funcional, los trastornos sensoriales, la desnutrición y la depresión.
Asimismo, identificó factores precipitantes como enfermedades agudas, cirugías recientes (especialmente ortopédicas y cardíacas), dolor mal controlado y el uso de medicamentos que afectan el sistema nervioso central.
La especialista destacó que muchos de estos factores de riesgo son modificables, lo que abre la posibilidad de adoptar medidas preventivas. Estas incluyen el control adecuado de enfermedades crónicas, una hidratación y nutrición óptimas, el fomento de la movilidad y la creación de un entorno tranquilo que permita la interacción con familiares. Estas acciones no solo pueden reducir la incidencia del delirium, sino también mejorar la calidad de vida de los pacientes en riesgo.
Importancia de la prevención y la concientización
El Día Mundial de Concientización sobre el Delirium es una iniciativa promovida por la Federación Internacional de Sociedades de Delirium. Su objetivo es sensibilizar a la población y al personal médico sobre la importancia de reconocer y tratar este síndrome de manera oportuna. Además, busca difundir las últimas investigaciones y mejores prácticas relacionadas con el manejo del delirium.
Estrada Martínez reiteró que cualquier paciente con una infección, enfermedad crónica o politraumatismo puede desarrollar delirium. Por ello, insistió en la necesidad de que, tanto los profesionales de la salud, como los familiares de los pacientes, estén informados sobre esta condición. La detección temprana y el tratamiento adecuado son esenciales para evitar complicaciones y mejorar el pronóstico de los afectados.
