La desaparición de cinco jóvenes en Lagos de Moreno, Jalisco, ocurrida el 11 de agosto de 2023, generó una de las mayores olas de indignación social en el país. El caso de Roberto Olmeda, Diego Lara, Jaime Martínez, Dante Hernández y Uriel Galván, quienes desaparecieron tras asistir a la Feria Lagos, se convirtió en símbolo de la crisis de seguridad y desapariciones forzadas en el estado.
Horas después del reporte de desaparición, comenzó a circular en redes sociales un video de extrema violencia que presuntamente estaba relacionado con los jóvenes. En el clip se veía a un hombre aparentemente siendo forzado a asesinar a otro de sus compañeros, mientras otros más yacían en el piso.
Las imágenes, que no fueron confirmadas oficialmente por las autoridades, provocaron conmoción pública y aumentaron la presión sobre las instituciones estatales.
La Fiscalía General del Estado de Jalisco localizó posteriormente una finca en la zona conocida como La Orilla del Agua, donde se hallaron restos humanos, vehículos calcinados y herramientas con rastros de sangre. Aunque los indicios fueron vinculados al caso por las autoridades, aún no se había logrado una identificación forense concluyente de los restos localizados.
¿Cuál sería su relación con el rancho de Teuchitlán?
Recientemente, un testimonio ha reactivado el interés en el caso de los cinco jóvenes desaparecidos.
En una entrevista realizada por la periodista Ahtziri Cárdenas Camarena a Indira Navarro, líder del colectivo Guerreros Buscadores de Jalisco, publicada este 12 de marzo en YouTube, se presentaron diversos fragmentos del testimonio en audio de una mujer identificada como “María”, quien afirma haber permanecido reclutada durante tres años en el rancho ubicado en el municipio de Teuchitlán.
María aseguró, como los indicios que han sido hallados lo demuestran, que ese lugar habría sido utilizado por un grupo criminal como centro de reclutamiento, entrenamiento y exterminio, y sostuvo que habría una posible conexión entre quienes operaban ese sitio y el caso de los jóvenes de Lagos de Moreno.
“¿Recuerda el caso de los jóvenes que fueron secuestrados en una feria y que de ahí ya no supieron nada? […]Que se tuvieron que matar entre ellos para poder sobrevivir […] Los jóvenes que eran amigos y que hicieron huelga los padres en la Fiscalía, que no se los pudieron entregar, que no sabían cómo habían quedado... Bueno, pues las personas responsables eran de aquí mismo, de las que ustedes están ahí averiguando, de ese rancho”, afirmó María en uno de los audios reproducidos durante la entrevista en el canal de Ahtziri Cárdenas Camarena.
María relata lo que vio en el rancho
En los testimonios compartidos, María describió el lugar como un centro clandestino donde operaban prácticas sistemáticas de exterminio, con el conocimiento —según su dicho— de autoridades del sexenio anterior.
“En esos lugares había muchas personas del gobierno en su momento, en el gobierno anterior, que estaban y sabían cómo se manejaban. Desde 2012 o 2013 a la fecha. Ese lugar no tiene solo tres años, como lo dicen las noticias o las personas que dicen que les dan información. Yo estuve ahí”, declaró.
Describió que las víctimas eran engañadas mediante falsas ofertas laborales, como a ella misma le pasó, y que, una vez dentro del lugar, eran forzadas a delinquir bajo amenaza de muerte.
María relató que ella misma fue captada mediante una oferta falsa de empleo. Explicó que un conocido le habló de una supuesta vacante, y que posteriormente recibió una llamada telefónica de una persona que se hizo pasar por alguien de confianza, lo que la convenció de acudir.
“Nosotros fuimos porque hubo un compañero de nosotros, un amigo, que nos comentó que estaban ofreciendo un buen trabajo en cierto lugar, y que él había trabajado ahí, pero pasó algo inusual, que esta persona nos habló por teléfono diciendo que era cierta persona, y nosotros le creímos. Cuando llegamos a ese lugar nos percatamos de que estábamos en un rancho que nada que ver con la siembra de fresa ni de durazno”, afirmó. Según indicó, al llegar al lugar encontró al menos a otras 20 personas en la misma situación.
También afirmó que las personas eran obligadas a participar en la excavación de fosas, calcinación de cuerpos y otras prácticas violentas.
“Le puedo asegurar que más de 1.500 personas están ahí […] Había un tractor donde metían a las personas, sin ropa, las dejaban tres o cuatro días amarradas al sol, porque supuestamente un doctor decía que al estar caliente el cuerpo, al momento de triturarlo, se compactaba”, dijo en otro de los audios.
En los testimonios se detallan también casos de presunto tráfico de órganos y abuso sexualde menores. Asimismo, señala que algunas víctimas eran colocadas en jaulas con alambres de púas o arrojadas a zonas con puercos hambrientos como forma de castigo.
“Llegaban —puedo decirlo— con menores de edad. Que los abrían ahí enfrente de nosotros. Y ahí quedaban. Lo puedo decir porque es algo muy sensible, muy delicado. Los abrían con cosas, o salían con cosas de ahí”, sostuvo.
