Del Cártel de Guadalajara al CJNG: 40 años de narco explican el infierno que vive Jalisco

Jalisco se convirtió en el centro de operaciones y financiero de los dos cárteles que marcaron el rumbo del narcotráfico y la violencia

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Infobae México / Jesús Abraham
Infobae México / Jesús Abraham Avilés

Para entender el “infierno” que vive Jalisco a manos del crimen organizado se tiene que hacer un recuento de cuatro décadas en las que el narcotráfico encontró en la entidad el sitio ideal para sentar los centros de operaciones -para algunos expertos en el tema- de los cárteles más poderosos en la historia de México: Cártel de Guadalajara y Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).

A finales de la década de 1970 tres criminales de Sinaloa se unieron para formar el Cártel de Guadalajara, Miguel Ángel Félix Gallardo, Ernesto Fonseca Carrillo y Rafael Caro Quintero se convirtieron en los líderes de la organización criminal que cambió la historia del narcotráfico, envió marihuana sembrada en México y conectó la cocaína de Colombia con el mercado de Estados Unidos. Sus rutas incluían casi toda la frontera norte y sur, pero su centro financiero y operativo era Jalisco.

Jalisco ha sido tradicionalmente la sede de un cártel poderoso y hegemónico; lo fue del Cártel de Guadalajara y lo es del CJNG, heredero de esa tradición criminal”, indicó para Infobae México Jorge Ramírez Plascencia, integrante del Comité Universitario de Análisis en materia de Desaparición de Personas de la Universidad de Guadalajara (UdeG).

La historia del Cártel de Guadalajara se truncó en 1989 con la caída de Miguel Ángel Félix Gallardo, dando paso al surgimiento de otras organizaciones como el Cártel de Sinaloa, Cártel del Milenio y Cártel de los Arellano Félix que no renunciaron a mantener en Puerto Vallarta uno de sus principales centros financieros. Además de convertir la Zona Metropolitana de Guadalajara en un territorio “neutral” donde narcos, políticos y empresarios convivían a diario, según narraron los gemelos Pedro y Margarito Flores en el juicio contra Joaquín el Chapó Guzmán.

En Guadalajara (en el aeropuerto) ocurrió uno de los hechos más relevantes en la historia del narco mexicano. El 24 de mayo de 1993 pistoleros de los Arellano Félix se enfrentaron con gente del Chapo Guzmán y en la balacera -según la versión oficial- murió el cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo. Ese evento marco el inicio de la persecución del Gobierno de México al Chapo Guzmán.

El Cártel del Milenio y Los Cuinis

A principios del nuevo milenio -ya sin la figura de Amado Carrillo Fuentes, muerto en 1997- ocurrió la fuga del Chapo Guzmán (2001), logrando la formación de una Federación criminal que duró hasta el año 2008.

Durante ese periodo el Cártel de Sinaloa, dirigido por Ismael el Mayo Zambada y el Chapo Guzmán, tenían en Jalisco a Ignacio Coronel como jefe de plaza, quien a su vez era aliado de la familia Valencia, los fundadores de Los Cuinis y precursores del CJNG.

Los Valencia son familiares de Rosalinda González Valencia, esposa de Nemesio Oseguera Cervantes (El Mencho) y rompieron con el Cártel de Sinaloa a la muerte de Nacho Coronel en 2010. Sólo tres años después -según las investigaciones del periodista Ricardo Ravelo- surge el CJNG y comienza su periodo de expansión territorial.

Las cuatro empresas fueron designadas
Las cuatro empresas fueron designadas en diciembre de 2015. (Crédito: Departamento del Tesoro EEUU)

Los años del terror

A punta de violencia el CJNG logró afincarse en Jalisco y comenzar a expandirse por todo el país, dejando a su paso una ola de muertos y desapariciones.

Datos de enero de 2015 a enero de 2025 obtenidos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) dan cuenta de 15 mil 539 homicidios dolosos cometidos en Jalisco; la cifra es apenas mayor a las 15 mil 426 personas desaparecidas, según el Registro Estatal de Personas Desaparecidas.

El año 2019 se convirtió en el más violento con 2 mil 751 homicidios cometidos en Jalisco, de los cuales 2 mil 17 fueron clasificados como dolosos. Ese mismo año -el primero de la política de “abrazos, no balazos”- desaparecieron mil 469 hombres y 141 mujeres.

“Otra condición es que Jalisco no ha sido un estado, al menos en el sexenio pasado, que haya contado con una protección especial de la federación por la división partidista que hubo en los gobiernos”: Jorge Ramírez.

El académico resalta que durante la administración de Enrique Alfaro se implementó una política local del “abrazos, no balazos” del expresidente Andrés Manuel López Obrador

“Durante 6 años se dejó crecer, extender y empoderarse a un cártel que por sí mismo es muy poderoso y sanguinario y con el apoyo de las autoridades se ha vuelto el cártel dominante en el país y particularmente en Jalisco, donde cotidianamente demuestra las formas en que ejercen su dominio”.