Cuna de Moisés: este es el método correcto para hacer florecer la Spathiphyllum usando papaya

Además de ser nutritiva para las personas, puede ser clave en la fertilización orgánica de plantas, ya que sus cáscaras ayudan a optimizar el cuidado del suelo

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Estudios demuestran que los antioxidantes
Estudios demuestran que los antioxidantes de frutas también pueden encontrarse en sus cáscaras y semillas. (Imagen Ilustrativa Infobae)

Los residuos orgánicos son popularmente utilizados como abono para las plantas y aunque muchas personas desconocen el motivo real detrás de esta práctica, la ciencia ha demostrado con múltiples estudios que los beneficios de las frutas también están presentes en su cáscara y sus semillas.

De acuerdo con Keith Ayoob, dietista-nutricionista diplomado de la Facultad de Medicina Albert Einstein del Bronx, en Estados Unidos, “los colores tienen poder nutricional porque indican la presencia de antioxidantes”, los cuales son responsables de la protección de las células de daños causados por contaminantes.

Por ello, especialistas recomiendan el uso de cáscaras de diferentes frutas, entre ellas la papaya, para nutrir el sustrato que tienen las plantas, ya que además de contar con antioxidantes, tienen minerales que nutren la tierra y esta a su vez proporciona los nutrientes necesarios a las plantas.

La cáscara de papaya como aliada de las plantas

Las cáscaras de papaya contienen
Las cáscaras de papaya contienen nutrientes esenciales y microorganismos benéficos para el suelo. (Imagen Ilustrativa Infobae)

De acuerdo con la investigación titulada Mejora del rendimiento de los cultivos y la fertilidad del suelo mediante el uso de fertilizante orgánico producido a partir de la valorización de la cáscara del fruto de Carica papaya, compartida por Researchgate, se realizó un fertilizante natural con beneficios superiores a los artificiales a partir de las cáscaras de papaya.

El proceso de producción del fertilizante orgánico comenzó con un pretratamiento termoalcalino de las cáscaras de papaya, seguido de su digestión anaeróbica. Este método permitió obtener un digestato rico en nutrientes, que posteriormente fue deshidratado para formar un fertilizante sólido. Este producto final contenía altos niveles de nutrientes esenciales para el suelo y estaba enriquecido con microorganismos beneficiosos.

El uso de este fertilizante en cultivos de maíz no sólo mejoró el rendimiento de las plantas, sino que también contribuyó a la bioacumulación de nutrientes en los órganos vegetales. Según el estudio, las hojas, tallos y raíces de las plantas tratadas con el fertilizante orgánico mostraron concentraciones significativamente más altas de nitrógeno, fósforo y potasio.

En particular, se registraron valores máximos de 29,7 miligramos por litro (mg/L) de nitrógeno en las hojas, y de 7,05 mg/L y 8,4 mg/L de fósforo y potasio, respectivamente, en los tallos. Estos resultados se obtuvieron en experimentos con una dosis de 50 kg N/ha.

El estudio también destacó que los suelos tratados con el fertilizante orgánico derivado de cáscaras de papaya experimentaron un aumento en los valores de nutrientes, lo que sugiere una mejora en la calidad del suelo a largo plazo. Este hallazgo fue particularmente relevante en el contexto de la agricultura sostenible, ya que el uso de fertilizantes orgánicos puede reducir la dependencia de productos químicos sintéticos, que a menudo tienen efectos adversos en el medio ambiente.

Además, el aprovechamiento de residuos agrícolas como las cáscaras de papaya no sólo contribuye a la gestión de desechos, sino que también ofrece una solución económica y ecológica para los agricultores. Según el medio que publicó el estudio, esta estrategia podría ser especialmente beneficiosa en regiones donde los recursos para fertilizantes químicos son limitados o costosos.

Conclusiones del estudio y otro abono alternativo

Con restos de alimentos es
Con restos de alimentos es posible mejorar el suelo y apoya la salud de las plantas. (Imagen Ilustrativa Infobae)

Aunque el fertilizante orgánico mostró un desempeño sobresaliente en la mayoría de los parámetros evaluados, el fertilizante químico NPK 15-15-15 mantuvo una ligera ventaja en el tamaño promedio de las mazorcas de maíz.

Esta diferencia, aunque pequeña, podría ser relevante para los agricultores que priorizan el tamaño del producto final en sus cultivos. Sin embargo, el estudio subrayó que el fertilizante orgánico ofrece beneficios adicionales, como la mejora de la salud del suelo y la reducción del impacto ambiental, que podrían compensar esta diferencia en ciertos contextos agrícolas.

De acuerdo con la Dirección de Protección al Ambiente de Mexicali, también es posible producir un abono natural para las plantas al reutilizar diferentes elementos que van desde las cáscaras de huevo, hasta los restos de frutas, vegetales, café colado y restos de té.

Según los especialistas, estos elementos secos alternados en capas con tierra “formarán una mezcla uniforme color oscura llena de nutrientes para mejorar el suelo y mantener las plantas saludables al descomponerse”.

Además, mencionó que en caso de no contar con el espacio suficiente se pueden licuar las cáscaras y el café colado con agua con la opción de poder diluirlo o verter directamente sobre las plantas.