Alana “N”, una niña de 8 años, murió por tres impactos de bala que salieron disparadas desde las armas de los elementos de la Agencia de Investigación Criminal del Estado (AICE) que perseguían el auto en el que viajaba junto a su padre, un adulto más y otra menor de edad.
En rueda de prensa, el abogado de la familia de Alana, Pablo González Sierra, solicitó a las autoridades locales y federales para que el caso sea investigado como feminicidio y se castigue a los agentes que terminaron con la vida de la pequeña y que sufrieron (dos de ellos) heridos durante la balacera.
De acuerdo con la versión difundida por el abogado, “El Señor Alan P.J. salió con sus dos hijas y su chofer (...) a la altura de Senderos, antes de llegar a la Glorieta de las Ventanas, un vehículo sedán Sentra, color blanco y con vidrios polarizados, sin insignias, sello, torreta o código de identificación, les paró el alto y un sujeto vestido de civil se bajó y los apuntó con un arma de fuego”.
“Papi, tengo sangre”, le dijo Alana a su padre, quien había escuchado unos “golpes” en la parte trasera, donde viajaban sus hijas. A pesar de que se trasladaron a un hospital, la menor murió a causa de sus heridas.
Intento de feminicidio tras asesinato de Alana
Los sujetos vestidos de civiles y sin insignias oficiales -refirió el abogado de la familia- nunca se identificaron como elementos de la AICE, por lo que el escolta de la familia abrió fuego contra ellos creyendo que se trataba de criminales.
Fue durante la persecución sobre la carretera San Miguel de Allende-Dolores Hidalgo cuando la menor alertó a su papá que estaba herida, pero lograron llegar al Hospital La Joya, ahí los agentes arrestaron a Alan “N” por su presunta responsabilidad en el delito de tentativa de feminicidio.
Y es que la Fiscalía de Guanajuato tenía una orden de aprehensión en su contra por disparar contra su hermana el pasado viernes 7 de marzo; sin embargo, el abogado de la familia cuestionó que se haya optado por una “detención espectacular”, pues afirmó que su cliente se presentó de manera voluntaria el 10 de marzo a las oficinas de la FGJ.
“Mi cliente estuvo en la Fiscalía el lunes 10 de marzo (un día después de la orden de aprehensión girada en su contra) durante más de tres horas, a disposición de las autoridades. Lo pudieron haber detenido sin poner a nadie en peligro, pero prefirieron una detención espectacular”, declaró el abogado.
En respuesta al asesinato de Alana, el secretario de Seguridad Ciudadana de San miguel de Allende, Cristian Ortiz, calificó a Alan “N” como un “monstruo” por poner en peligro a su hija para impedir que lo detuvieran y recalcó que todo se derivó de un pleito familiar por la propiedad de un inmueble: “Este hombre tiró balazos a su propia hermana (Elaine ”N"), hiriéndola e intentando hacer un feminicidio”.
