
El Gobierno de México, a través de la Secretaría de Energía (SENER) y en colaboración con el Fideicomiso para el Ahorro de Energía Eléctrica (FIDE), ha implementado un programa que busca facilitar la instalación de sistemas fotovoltaicos en hogares mexicanos.
Según informó el sitio oficial de SENER y FIDE, este proyecto está dirigido a familias que enfrentan altos costos en sus recibos de electricidad, específicamente aquellas que pagan más de $1,500 pesos mensuales. El objetivo principal es reducir el gasto energético de los hogares y fomentar el uso de energías renovables.
El programa ofrece un esquema de apoyo financiero que combina un subsidio directo y un crédito con condiciones preferenciales. De acuerdo con la información publicada, la SENER otorga un incentivo equivalente al 25% del costo total del proyecto, mientras que el 75% restante es financiado por el FIDE a través de un crédito con una tasa de interés preferencial y un plazo de pago de hasta cinco años.
Un programa que busca generar energía y reducir emisiones

Según los datos proporcionados por la SENER, hasta el momento se han realizado 1,206 proyectos de instalación de sistemas fotovoltaicos en hogares y una de las ventajas destacadas es que estos sistemas tienen una capacidad instalada total de 5 mil 102 kilovatios pico (kWp), lo que permite generar aproximadamente 7 millones 906 mil 680 kilovatios hora (kWh) al año.
Además, esta iniciativa contribuye significativamente a la reducción de emisiones de dióxido de carbono, ya que, según su sitio oficial, evita la emisión de 3.534 toneladas de CO2 al año.
Según detalló la SENER, incluso las personas que rentan una vivienda pueden acceder al beneficio, siempre y cuando cumplan con ciertos requisitos. Entre estos se encuentran presentar una copia del contrato de arrendamiento, contar con la autorización expresa del propietario para la instalación del sistema y disponer de un aval solidario con propiedad libre de gravamen.
Por otro lado, aquellos que actualmente tienen un bajo consumo de electricidad, pero planean adquirir equipos de alto consumo, también pueden participar. En estos casos, se realiza una evaluación del sistema fotovoltaico considerando la futura ampliación de la carga eléctrica.
Asimismo, las personas que habitan en viviendas nuevas, donde aún no se registra un consumo significativo de energía, pueden acceder al programa mediante la elaboración de un cuadro de cargas que permita determinar la capacidad del sistema necesario y para acceder al programa, los interesados deben presentar una serie de documentos iniciales.
Según informó la SENER, estos incluyen una solicitud de crédito firmada, una carta de consulta al Buró de Crédito, una copia del recibo de electricidad con una antigüedad no mayor a dos meses, una copia de una identificación oficial (como credencial de elector, pasaporte o FM2 para extranjeros), una copia del Registro Federal de Contribuyentes (RFC) y un comprobante de situación fiscal actualizado.
Energía fotovoltaica y su impacto en el medioambiente

Según informó Selectra, un portal especializado en sostenibilidad, esta forma de obtener energía se ha convertido en una opción clave para avanzar hacia un desarrollo sostenible y de acuerdo con la misma fuente, la energía solar se clasifica en tres tipos principales: fotovoltaica, térmica y pasiva. Cada una de estas modalidades tiene características específicas que determinan su funcionamiento y aplicaciones.
La energía solar fotovoltaica, por ejemplo, utiliza paneles solares para convertir la radiación solar en electricidad mediante el efecto fotovoltaico. Por otro lado, la energía solar térmica se centra en la captación del calor del sol para calentar agua o generar vapor, mientras que la energía solar pasiva se basa en el diseño arquitectónico para aprovechar la luz y el calor solar sin necesidad de dispositivos mecánicos.
Según detalló Selectra, su funcionamiento se basa en el uso de paneles solares compuestos por células fotovoltaicas que transforman la radiación solar en electricidad. Esta tecnología es ampliamente utilizada tanto en instalaciones residenciales como en grandes plantas solares y su popularidad ha crecido significativamente debido a la reducción de costos en los últimos años.
Entre sus principales aplicaciones se encuentran el autoconsumo energético en viviendas y empresas, así como la generación de electricidad a gran escala para abastecer redes eléctricas. Además, esta tecnología permite la instalación de sistemas aislados en zonas remotas donde no llega la red eléctrica, lo que contribuye a la electrificación de comunidades rurales.
Otra modalidad destacada es la energía solar térmica, que se utiliza principalmente para calentar agua o generar vapor mediante colectores solares. Según explicó Selectra, este tipo de energía es común en sistemas de calefacción, climatización de piscinas y procesos industriales que requieren altas temperaturas.
Los sistemas solares térmicos suelen ser más eficientes en términos de aprovechamiento energético que los fotovoltaicos, ya que convierten directamente la radiación solar en calor. Sin embargo, su implementación depende de factores como la ubicación geográfica y las necesidades específicas de cada usuario.
La energía solar pasiva, aunque menos conocida, juega un papel importante en el diseño sostenible de edificios. Según informó Selectra, esta modalidad no requiere dispositivos mecánicos, sino que se basa en el diseño arquitectónico para maximizar el aprovechamiento de la luz y el calor solar.
Entre las estrategias utilizadas se encuentran la orientación adecuada de las edificaciones, el uso de materiales que retienen el calor y la incorporación de ventanas y tragaluces para optimizar la iluminación natural. Este enfoque no solo reduce el consumo energético, sino que también mejora el confort térmico en los espacios interiores.
Según destacó Selectra, entre las principales ventajas se encuentran su carácter renovable e inagotable, la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero y la disminución de la dependencia de combustibles fósiles. Además, su implementación puede generar ahorros económicos a largo plazo, especialmente en sistemas de autoconsumo.
Sin embargo, enfrenta limitaciones como la intermitencia de la radiación solar, que depende de factores climáticos y horarios, así como de la necesidad de sistemas de almacenamiento energético para garantizar un suministro constante. Asimismo, los costos iniciales de instalación pueden ser elevados, aunque los apoyos en muchos países han reducido esta barrera.