
El 29 de julio de 2015 un hombre acudió a la Fiscalía General del Estado (FGE) de Jalisco para denunciar la desaparición de su hijo y su chofer; las autoridades iniciaron un operativo que permitió encontrar el auto de las víctimas en el Rancho Los Amiales, ubicado en el municipio de Teuchitlán.
Fue el Escuadrón Táctico Aéreo de la FGJ quien localizó el auto Dodge modelo 2001 en el que viajaban las víctimas cuando se perdió contacto con ellas en la carretera Ahualulco-Etzatlán. Los indicios sugerían que las dos personas habían estado en el rancho, por lo que una unidad canina entró en acción y logró ubicar y rescatar los dos cuerpos en avanzado estado de descomposición.
Los cuerpos de las víctimas estaban en una barranca; en otro de sus límites el Rancho Los Amiales colindaba con la Sierra, lo que permitía a los criminales la clandestinidad necesaria para cometer sus crímenes, según informó el entonces fiscal del estado, Eduardo Almaguer Ramírez, al vincular la propiedad con el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).

El CJNG invadió rancho de Teuchitlán
El caso del Rancho Los Amiales se conectó con las investigaciones de al menos 10 crímenes en los que estuvieron involucrados sicarios al servicio de Nemesio Oseguera Cervantes (El Mencho), líder del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
De acuerdo con las autoridades, los hombres al servicio del Mencho invadieron el predio luego del asesinato del dueño legítimo en 2013. Desde ese momento la FFJ de Jalisco estimó que en su interior se cometieron entre 9 y 11 homicidios.
Las 50 hectáreas del Rancho Los Amiales llegó a albergar hasta 500 cabezas de ganado -según una investigación del periodista Jorge Ramírez-, pero con la llegada del CJNG se convirtió, señalaron las autoridades, en un campo de “exterminio” para asesinar y desaparecer a personas previamente privadas de su libertad, una táctica -ahora se sabe- común y frecuente del cártel de las cuatro letras para reclutar de manera forzada a los nuevos miembros de su organización.
Tal como ocurre con el Rancho Izaguirre, donde la semana pasada se encontró un campo de adiestramiento y exterminio vinculado al CJNG, hace una década el Gobierno de Jalisco inició con un proceso judicial para solicitar la extinción de dominio y expropiar la propiedad para que no siguiera siendo utilizada por grupos criminales.
“Nos ha instruido (el gobernador) también iniciar con la extinción de dominio de este predio, para que nunca más pueda ser utilizada para delinquir”, indicó el fiscal general Salvador González de los Santos, al hablar sobre las acciones que se realizan en el segundo rancho de Teuchitlán vinculado al CJNG.