
El jamón es un embutido de uso cotidiano en la alimentación de la población mexicana, ya que se utiliza en diferentes presentaciones que van desde sándwiches y tortas hasta recetas más complejas.
Aunque muchas personas señalan que tiene una amplia gama de beneficios, otros especialistas recomiendan un consumo moderado, ya que puede tener efectos dañinos graves debido a sus propiedades.
En 2020, la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) realizó un estudio en el que analizó diferentes marcas de jamón que se clasificaban desde económicos hasta extrafinos y para determinar cuál era el más adecuado para cada persona, sugirieron leer atentamente los ingredientes para proteger la salud, ya que “algunos se consideran alérgenos como gluten, leche o soya”
También invitó a aprender a diferenciar en el mercado otros embutidos que cuentan con características similares a simple vista y a leer las etiquetas para no excederse en niveles nutrimentales.
Beneficios y problemas derivados de una ingesta excesiva de jamón

De acuerdo con el Doctor Luis César Maita Pérez, Graduado en Medicina por la Universidad de Carabobo, Venezuela, a pesar de las críticas, los embutidos pueden ser una fuente de nutrientes esenciales si se consumen con moderación.
Según detalló el especialista, estos productos aportan proteínas de alta calidad, necesarias para el mantenimiento y la reparación de tejidos en el cuerpo. Además, contienen vitaminas del grupo B, como la B12, que es fundamental para la formación de glóbulos rojos y el buen funcionamiento del sistema nervioso.
Además, señaló que en los últimos años, la industria alimentaria ha desarrollado embutidos de nueva generación con menores cantidades de grasa y sodio, lo que los convierte en opciones más saludables, por lo que mencionó que estos productos buscan responder a las preocupaciones de los consumidores sobre los riesgos asociados al consumo excesivo de embutidos tradicionales, ofreciendo alternativas que se alinean con una dieta equilibrada.
Por otro lado, el consumo elevado de embutidos está relacionado con diversos problemas de salud. Según Maita Pérez, el alto contenido de sodio en estos productos puede contribuir al desarrollo de hipertensión arterial, un factor de riesgo para enfermedades cardiovasculares.
Asimismo, las grasas saturadas presentes en muchos embutidos tradicionales están asociadas al aumento del colesterol LDL, conocido como “colesterol malo”, lo que incrementa el riesgo de padecer enfermedades del corazón.
Además, los aditivos utilizados en la elaboración de algunos embutidos, como los nitritos y nitratos, han sido objeto de estudio por su posible relación con el desarrollo de ciertos tipos de cáncer. Aunque las cantidades permitidas de estos compuestos están reguladas, su consumo frecuente y en grandes cantidades podría tener efectos adversos en la salud a largo plazo.
Por tal razón, el especialista compartió pautas para un consumo responsable y tener oportunidad de disfrutar de los embutidos sin necesidad de comprometer la salud, ya que es fundamental seguir ciertas recomendaciones.
También destacó la importancia de optar por productos con menor contenido de sodio y grasas, así como limitar su consumo a porciones moderadas dentro de una dieta variada y equilibrada. Además, sugirió complementar su ingesta con alimentos ricos en fibra, tales como frutas, verduras y cereales integrales para contrarrestar algunos de los efectos negativos asociados a estos productos.
Cuándo debe evitarse el consumo de jamón

De acuerdo con Juan Pedro Camou Arriola, investigador del Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo (CIAD) experto en productos cárnicos, cuando el jamón presenta una baba de color blanquecino, es porque ya cuenta con bacterias benignas como los lactobacilos, que en bajas concentraciones no son dañinas pero que “producen un olor y sabor con matices ácidos”.
Además, el especialista señaló que el crecimiento de estas bacterias dentro del paquete inhibe la acción de otras como las Pseudomonas, que causan olores putrefactos y descomponen el alimento, así como bacterias patógenas, es decir, aquellas que causan enfermedades en el consumidor.
Respecto a si es recomendable consumir el jamón una vez que presenta dicha viscosidad, el CIAD dijo que no, ya que no se sabe qué efecto tendrá en el consumidor, pues se desconoce qué otros tipos de bacterias hayan crecido.
Sin embargo, señaló que si al lavarlo con agua desaparece el mal olor y sabor, probablemente no cause ningún daño, ya que “este tipo de bacterias acido lácticas son las que se utilizan comercialmente para fermentar productos alimenticios como el salami, yogur y quesos madurados, entre otros”.
Por otra parte, el centro especializado mencionó que si la intención de comer carne procesada persiste y tras enjuagarla no desaparece el aroma, definitivamente no debe consumirse, ya que esto incrementa los riesgos de contraer una infección gastrointestinal.