
El anturio, también conocido como flor del amor, es reconocido por sus brillantes flores en tonos rojos, rosados o blancos y por sus hojas verdes en forma de corazón.
Originaria de América Central y del Sur, la planta es popular tanto para interiores como exteriores debido a su apariencia ornamental, longevidad y fácil mantenimiento. Además de su uso decorativo, se le asocia con simbolismos positivos como en el Feng Shui.
Según informó Architectural Digest (AD), en el Feng Shui el anturio es conocido por transmitir energía positiva y vitalidad, lo que lo convierte en una opción para ubicar en la sala o el comedor.
Gracias a sus características también favorece el flujo energético en su entorno. Al ser considerada la planta del amor, algunos ejemplares pueden ser ideales para crear un ambiente armónico y lleno de significado, señala la revista estadounidense.
Cuidados de esta planta
Al ser una planta tropical que requiere cuidados específicos para mantenerse saludable y florecer adecuadamente.
Luz: el anturio necesita luz indirecta brillante, ya que la exposición directa al sol puede quemar sus hojas. En interiores, se recomienda colocarlo cerca de ventanas que reciban luz filtrada. En exteriores, debe mantenerse en una zona semi-sombreada.
Riego: es necesario mantener el suelo húmedo, pero evitando el encharcamiento. Se recomienda regar cuando la capa superior del sustrato esté seca al tacto, generalmente una o dos veces por semana, dependiendo del clima. Durante el invierno, el riego puede reducirse.
Humedad: como es una planta de origen tropical, necesita altas condiciones de humedad.
Temperatura: el anturio prospera en temperaturas entre 18°C y 27°C. No tolera el frío extremo ni las corrientes de aire, por lo que es esencial mantenerlo en un lugar cálido y protegido.
Sustrato: es fundamental un sustrato bien drenado y rico en materia orgánica. Mezclas de tierra con turba, corteza de pino o fibra de coco son ideales, ya que imitan las condiciones naturales de su hábitat.
Poda: eliminar hojas amarillas, secas o dañadas ayuda a conservar el aspecto saludable de la planta y permite que concentre su energía en nuevas flores y hojas.
Enfermedades: revisar el anturio regularmente para detectar plagas como cochinillas o pulgones. En caso de surgir, se pueden tratar con insecticidas específicos o remedios naturales como jabón potásico.
Fertilización: se recomienda aplicarle fertilizantes líquidos o de liberación lenta, ricos en fósforo, una vez al mes durante la primavera y verano, cuando la planta está en su máxima etapa de crecimiento y floración.