
La Araña Violinista y Araña Viuda Negra son dos de las especies más conocidas en México, esto debido a la peligrosidad de su veneno, sin embargo, existe una tercera especie con la que se debe tener cuidado, por la misma razón, cuyo nombre es Araña Bananera.
Este arácnido es poco conocido en el país, además de que también es difícil su presencia, al no ser nativa de aquí, aunque si puede ingresar de distintas forma, por lo que se debe tener cuidado, ya que su veneno puede ser muy peligroso, siendo la tercera en la lista respecto a esto.
Temporada de Araña Bananera en México
La temporada de la araña bananera (género Phoneutria), conocida por ser una de las arañas más venenosas del mundo, no está delimitada específicamente en México debido a que no es una especie nativa del país, pero puede encontrarse en ciertas regiones tropicales y llegar ocasionalmente a través del comercio de frutas como el plátano.
Generalmente, las arañas de este género son más activas en climas cálidos y húmedos, por lo que su actividad incrementa durante las temporadas de lluvias, típicamente entre los meses de mayo y octubre, especialmente en las regiones tropicales del sur de México. Este periodo coincide con las condiciones idóneas para su desarrollo y reproducción, ya que prefieren ambientes cálidos y selvas densas.
Aunque no es una especie ampliamente distribuida en México como lo sería en países de Sudamérica, como Brasil, su aparición puede estar asociada a su introducción accidental, especialmente en cargamentos de plátanos que llegan a supermercados o mercados locales. Esto ha generado reportes ocasionales en distintas partes del país.
La araña bananera es de hábitos nocturnos, cazadora activa y con un veneno neurotóxico potente. Su presencia accidental en zonas urbanas, aunque escasa, ha alertado a los especialistas por su peligrosidad. La recomendación es revisar detenidamente los productos agrícolas, como los plátanos, y evitar el contacto directo con ejemplares que puedan encontrarse.
En caso de identificar una araña sospechosa o ser mordido, se debe capturar o fotografiar al ejemplar (si es seguro hacerlo) para facilitar su identificación, y buscar atención médica inmediata debido a la posible toxicidad de su veneno, que puede provocar síntomas severos como dolor extremo, sudoración, taquicardia y, en casos graves, complicaciones neurológicas.