¿Hermético pero protector? Así fue la vida de Rafael Caro Quintero durante su paso por Puente Grande

El periodista J. Jesús Lemus, quien coincidió con el “Narco de narcos”, relató cómo el capo vivió sus años en prisión

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Caro Quintero comparecerá hoy ante
Caro Quintero comparecerá hoy ante juez de NY. | Jovany Pérez

El pasado 27 de febrero de 2025, Rafael Caro Quintero fue entregado a Estados Unidos por el gobierno mexicano, luego de 40 años de evitar hacerle frente a la justicia por el homicidio del agente especial de la DEA, Enrique “Kiki” Camarena.

El capo de 72 años, fundador del ya extinto Cártel de Guadalajara, se encuentra detenido sin derecho a fianza mientras avanza su proceso judicial, en el que enfrenta la posibilidad de cadena perpetua y la evaluación de una posible pena de muerte.

Pero antes de su entrega a Estados Unidos y de su detención en julio de 2022, Caro Quintero pasó años en prisión en México, donde compartió espacio con otros líderes del narcotráfico.

Entre 2008 y 2010, estuvo recluido en el penal de Puente Grande, Jalisco, donde el periodista J. Jesús Lemus, quien también estuvo encarcelado en ese periodo, pudo conocer de cerca su personalidad, su rutina y la influencia que ejercía dentro de la cárcel.

En una entrevista con Manuel Pedrero, publicada en julio de 2022, Lemus narró cómo era la vida diaria del también llamado “Narco de narcos” dentro de la prisión, describiéndolo como un hombre reservado, extremadamente precavido, pero también solidario con otros internos.

¿Cómo era Caro Quintero en prisión?

J. Jesús Lemus, periodista, contó
J. Jesús Lemus, periodista, contó lo que le dijo Rafael Caro Quintero. (Captura de pantalla)

Cuando J. Jesús Lemus ingresó a prisión, el gobierno de Felipe Calderón lo acusó falsamente de ser un narcotraficante, luego de que publicara una investigación en la que señalaba a la familia del entonces presidente de tener nexos con el crimen organizado. Por ello, el periodista fue internado en el área de alta peligrosidad.

Según contó el escritor, él estaba en la celda 149 del pasillo del módulo 1 del pasillo 2B y Rafael Caro Quintero vivía justamente en la celda de al lado, en la celda 140.

“Me preguntó con qué grupo estaba trabajando, con qué cártel. Y le dije que no era ningún narcotraficante, que yo era un periodista y que estaba detenido ahí porque había publicado algo referente a las relaciones de Luisa María Calderón Hinojosa, hermana del presidente, con Servando Gómez Martínez ‘La Tuta’, el jefe de Los Caballeros Templarios”, recordó Lemus.

“Me dijo en esa ocasión, esa vez que me dio la bienvenida: ‘A mí se me hace una cosa, lo voy a investigar. Si usted me está diciendo la verdad, cuenta usted con todo mi apoyo. Pero si usted me está mintiendo, me gusta chingar’”, aseguró el periodista.

Días después, tras confirmar su historia con contactos en el exterior, Caro Quintero cambió su actitud con él. Luego le aseveró que “es una chingadera lo que le están haciendo a usted. Son chingaderas del gobierno’”, narró.

A partir de ese momento, Caro Quintero lo protegió dentro de la cárcel y lo incluyó en su reducido círculo de confianza.

La oficina

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Uno de los aspectos más característicos de la rutina de Caro Quintero en prisión era su tiempo en el patio. Diariamente, los reos salían a tomar el sol por una hora y competían por sentarse en las escasas bancas disponibles. Sin embargo, una de ellas tenía dueño absoluto.

“Nadie tocaba una de las bancas del medio, que era la de Rafael Caro Quintero. Esa banca, incluso, Rafael Caro Quintero le llamó ‘la oficina’, porque él decía que tenía una oficina explicó Lemus.

El narcotraficante tenía un ayudante, a quien apodaban El Güero, que organizaba sus encuentros con otros internos durante esa hora libre en el patio. “El Güero era el que decía: ‘Oye, Rafael quiere hablar contigo para que lo veas en la oficina’”, relató el periodista.

Quienes eran llamados a la “oficina” se sentaban junto a Caro Quintero y conversaban sobre diversos temas. A veces, daba consejos; en otras ocasiones, solo escuchaba. Pero si no tenía ganas de hablar, se volvía inaccesible.

“Cuando tenía ganas de platicar, era un libro abierto. Cuando no tenía ganas de platicar, era un muro, un muro impenetrable, y simplemente nadie, nadie, nadie podía trastocar sus pensamientos ni sus silencios”, afirmó Lemus.

¿Un hombre solidario?

(Foto: Archivo DEF)
(Foto: Archivo DEF)

A pesar de su historial criminal, dentro de la prisión Caro Quintero se comportaba con solidaridad hacia los demás reclusos. Lemus aseguró que el capo tenía una actitud de apoyo hacia quienes lo necesitaban.

“Siempre estaba ahí para dispensar un consejo, siempre estaba ahí para mostrar su ayuda, su solidaridad, siempre poniéndose a las órdenes, aunque no tenía nada en la prisión, aunque estaba como estaba, como el resto de todos los presos, siempre se ponía a las órdenes de quien lo necesitaba”, recordó el periodista.

Una de las formas en que Caro Quintero mostró su influencia fue protegiendo al propio periodista de otros internos que solían quitar la comida.

“Lo que hizo Rafael Caro Quintero, y fue un gesto increíble, fue pedirle a los que robaban la comida a otros presos que a mí no me molestaran. Y eso fue una orden autoritaria de Rafael que a mí me protegió mucho, me salvó, y pude comer, escasa y milagrosamente, dentro de aquella cárcel”, relató.

La última conversación que Lemus tuvo con Caro Quintero ocurrió en abril de 2010, cuando el narcotraficante fue trasladado al penal estatal de Puente Grande tras ganar un amparo. “Fue en abril del 2010 cuando a él lo trasladaron. Nos veíamos diario, aunque sea para platicar las noticias”, recordó Lemus. Desde entonces, nunca volvió a hablar con él.

La entrega de Caro Quintero a EEUU

(Foto: Pie de Nota)
(Foto: Pie de Nota)

Rafael Caro Quintero, ahora en Estados Unido, enfrentará cargos por el asesinato del agente de la DEA Enrique “Kiki” Camarena en 1985, así como por delitos de narcotráfico.

Tras más de dos años de evadir su extradición alegando problemas de salud, finalmente el veterano capo hará frente a las autoridades estadounidenses, que habían ofrecido 20 millones de dólares por su captura, la mayor recompensa impuesta contra un narcotraficante mexicano.

Originario de Badiraguato, Sinaloa, la misma región donde nació Joaquín “El Chapo” Guzmán, Caro Quintero inició su carrera criminal en el cultivo de marihuana a los 14 años. En la década de 1970, junto a Miguel Ángel Félix Gallardo y Ernesto Fonseca Carrillo, fundó el Cártel de Guadalajara, organización pionera en el tráfico de drogas en México.

Su fortuna, estimada en 500 millones de dólares, creció con la expansión de la organización, que estableció lazos con el Cártel de Medellín, liderado por Pablo Escobar, y extendió sus operaciones al tráfico de cocaína. Aunque se presentaba como un agricultor, su actividad llamó la atención de la DEA, especialmente tras la infiltración del agente Enrique “Kiki” Camarena en el cártel.

Vicente Carrillo Fuentes, accused by
Vicente Carrillo Fuentes, accused by prosecutors of being a one-time Juarez Cartel boss, appears in Brooklyn Federal Court in Brooklyn, New York, U.S., February 28, 2025 in this courtroom sketch. REUTERS/Jane Rosenberg REFILE - CORRECTING ID FROM "GUADALAJARA CARTEL FOUNDER RAFAEL CARO QUINTERO " TO "VICENTE CARRILLO FUENTES, ACCUSED BY PROSECUTORS OF BEING A ONE-TIME JUAREZ CARTEL BOSS\

Entre 1982 y 1984, Camarena proporcionó información clave a la DEA, lo que llevó a la destrucción de 2.500 acres de cultivos de marihuana en el Rancho Búfalo, en Chihuahua. Poco después, en febrero de 1985, el agente y el piloto mexicano Alfredo Zavala fueron secuestrados, torturados y asesinados. Sus cuerpos fueron hallados en una zanja en marzo de 1985.

El asesinato de Camarena provocó una crisis diplomática entre México y Estados Unidos y reforzó la lucha antidrogas liderada por Washington. Caro Quintero fue arrestado en Costa Rica en abril de 1985 y sentenciado a 40 años de prisión en México. Sin embargo, en 2013, un tribunal lo liberó por un tecnicismo legal, lo que llevó a Estados Unidos a intensificar su búsqueda y a solicitar su extradición.

A pesar de su liberación, Caro Quintero siguió operando en el narcotráfico, según la DEA. Fue recapturado en julio de 2022 en Sinaloa, tras permanecer casi una década prófugo.