Un eclipse lunar sucede cuando el Sol, la Tierra y la Luna se alinean de tal manera que la Luna entra en la sombra de la Tierra. En un eclipse lunar total, la Luna queda completamente cubierta por la parte más oscura de la sombra terrestre, conocida como ‘umbra’. Durante este fenómeno, la Luna adquiere un tono rojo-naranja. Debido a este efecto visual, a los eclipses lunares se les llama “Lunas de sangre”, explica en su página web la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA, por su siglas en inglés).
Para observar este fenómeno no se requiere un equipo especializado, aunque el uso de binoculares o un telescopio puede mejorar la experiencia. Lo ideal, recomienda la NASA, es estar en un lugar oscuro y alejado de luces artificiales para disfrutar mejor del espectáculo natural.
Este eclipse será visible desde el hemisferio occidental de nuestro planeta y tendrá lugar entre la noche del 13 y la madrugada del 14 de marzo, a través de varias zonas horarias.
¿A qué hora se verá en México?
En México, los estados de Jalisco, Nuevo León y Yucatán ofrecerán los mejores puntos de observación, aunque esto dependerá de las condiciones climáticas. A nivel global, el eclipse será visible en la región del Pacífico, Europa occidental, África occidental y en algunos países de América del Sur, como Argentina, Chile y Brasil. Según la NASA, el fenómeno comenzará a las 21:57 horas (Tiempo del Centro de México) con la fase penumbral, seguirá con la fase parcial a las 22:58 horas y alcanzará su máximo a las 00:59 horas del 14 de marzo.
¿Por qué la luna se ve roja?
El mismo fenómeno que tiñe de azul nuestro cielo y da color rojizo a los atardeceres es el responsable de que la Luna adquiera tonos anaranjados o rojizos durante un eclipse lunar. Aunque la luz solar parece blanca, en realidad es una mezcla de colores, cada uno con características físicas distintas. La luz azul se dispersa fácilmente al atravesar la atmósfera terrestre, mientras que la luz rojiza, en cambio, viaja de manera más directa a través del aire.
Cuando el Sol está alto en el cielo en un día despejado, percibimos su luz azul dispersa por toda la atmósfera. Sin embargo, al amanecer o al atardecer, cuando el Sol se encuentra cerca del horizonte, la luz debe recorrer una mayor distancia a través de la atmósfera, dispersando la parte azul del espectro en otras direcciones y dejando que solo llegue a nuestros ojos la luz amarilla y roja.
En un eclipse lunar, la Luna se tiñe de rojo o naranja debido a que la luz solar que no es bloqueada por la Tierra atraviesa una capa espesa de nuestra atmósfera antes de llegar a la superficie lunar.
