
Este martes 4 de marzo entraron en vigor los aranceles del 25% que impuso el presidente Donald Trump a todos los productos importados desde México y Canadá, luego que éstos dos últimos países no lograron reducir el tráfico de fentanilo hacia Estados Unidos, de acuerdo con la Casa Blanca.
Desde su primer día en vigor, dentro de Estados Unidos dos de las principales cadenas minoristas, Target y Best Buy, alertaron que las tarifas comerciales a México, Canadá y China generarán en los próximos días un incremento en el precio de los productos, los cuales terminarán siendo pagados por los propios consumidores estadounidenses. El “efecto lavadora”, como lo denominan los expertos.
Mientras el presidente Trump argumenta mantiene la amenaza de aranceles a otros países y ofrece a las compañías trasladar sus fábricas hacia Estados Unidos para generar empleos, algunos analistas económicos recuerdan los resultados que tuvo esta medida en el primer mandato del reublicano.
El ejemplo más claro sucedió en 2018, cuando el presidente Trump trató, mediante aranceles, de impedir la llegada de lavadoras desde el extranjero, pues acusó que algunas marcas incurrían en el dumping para ofrecer precios más bajos.
Aranceles provocan alza de precios dentro de EEUU

Este gravamen tenía como propósito proteger a los fabricantes locales de EEUU frente a la entrada de lavadoras a precios muy bajos, lo que se considera una competencia desleal. Sin embargo, los resultados no fueron el mejor negocio para los consumidores norteamericanos.
La investigación de los economistas Aaron Flaaen, Ali Hortaçsu y Felix Tintelnot reveló que la consecuencia directa de este arancel fue un aumento del 12% en el precio de las lavadoras en Estados Unidos, afectando tanto a los productos importados como a los fabricados por empresas locales.
Es decir, incluso los productores nacionales incrementaron sus precios tras la implementación de esta medida, desencadenando lo que ha sido denominado el “efecto lavadora”. En palabras de Tintelnot, profesor en la Universidad de Duke, si bien con este impuesto se lograron crear algunos empleos, “los consumidores pagaron un costo muy alto”.

Según cálculos de la investigación, el incremento de precios implicó que, por cada empleo generado en el sector, las familias estadounidenses terminaron pagando un desembolso colectivo cercano a los 820 mil dólares adicionales en la compra de lavadoras.
Esto llevó a los autores del estudio a señalar que “no fue un buen negocio para ellos”, en referencia a los consumidores del país. Por su parte, Inga Fechner, experta en comercio global del banco ING, también señaló que, en últimas instancias, “los consumidores cargan el costo del conflicto comercial”.
Esta experiencia demuestra cómo las políticas arancelarias, dependiendo de su diseño, pueden tener efectos inesperados o incluso contraproducentes para ciertos grupos.
En 2025, los representantes de la industria automotriz han advertido que el precio de los automóviles en EEUU podría elevarse hasta en 12 mil 500 dólares por cada vehículo, pues las armadoras dependen en buena medida de las autopartes exportadas por México.
Aunque cada caso es distinto y no todos los aranceles responden a las mismas circunstancias, las medidas aplicadas en 2018 se diferencian de las amenazas comerciales que más tarde surgirían en ese mismo gobierno contra México y Canadá, cuyos conflictos no estaban relacionados con acusaciones de dumping, sino con otros intereses, como el tráfico de fentanilo.