
El consumo de agua carbonatada ha ganado popularidad entre quienes buscan alternativas saludables en su dieta diaria. Sin embargo, más allá de su atractivo refrescante, esta bebida ha despertado interés en la comunidad científica debido a sus posibles efectos en el metabolismo de la glucosa y su relación con la pérdida de peso.
Según un informe publicado en la BMJ Nutrition, Prevention & Health, el dióxido de carbono (CO2) presente en el agua carbonatada podría influir en procesos fisiológicos clave, aunque sus efectos reales en la pérdida de peso son limitados.
De acuerdo con el estudio realizado por Akira Takahashi, doctor del Hospital de Neurocirugía Tesseikai, en Japón, el CO2 del agua carbonatada es absorbido a través del revestimiento del estómago y entra en el torrente sanguíneo, donde se convierte en bicarbonato (HCO3−) gracias a la acción de la enzima anhidrasa carbónica en los glóbulos rojos.
Este proceso genera un aumento del pH intracelular, lo que activa enzimas como la hexoquinasa y la fosfofructoquinasa, responsables de acelerar la glucólisis anaeróbica. Este mecanismo, que también se observa durante la hemodiálisis, promueve una mayor utilización de la glucosa en los glóbulos rojos y una reducción de los niveles de glucosa en sangre.
Cuál es el efecto que tiene el agua carbonatada

En el informe, Takahashi hizo una analogía entre el efecto del CO2 en el agua carbonatada y los procesos metabólicos que ocurren durante la hemodiálisis. En este procedimiento médico, la sangre pasa a través de un dializador, donde el CO2 del líquido dializado ingresa al torrente sanguíneo.
Este fenómeno provoca una disminución significativa en los niveles de glucosa en sangre, pasando de un promedio de 118.3 mg/dl a 98.6 mg/dl, a pesar de que la concentración de glucosa en el dializado es de aproximadamente 105.0 mg/dl.
El estudio detalló que este cambio se debe a la alcalinización intracelular inducida por el CO2, que estimula la glucólisis anaeróbica en los glóbulos rojos. Aunque el mecanismo es similar al observado con el consumo de agua carbonatada, la cantidad de CO2 absorbida al ingerir esta bebida es considerablemente menor, lo que limita su impacto en la reducción de glucosa en sangre y, por ende, en la pérdida de peso.
El informe también señaló que el agua carbonatada puede inducir una sensación de saciedad debido a la distensión del antro gástrico, lo que podría contribuir a una menor ingesta calórica. Además, puntualizó que se ha observado que el agua carbonatada con alto contenido de sodio puede reducir los niveles de glucosa en sangre, aunque los mecanismos específicos detrás de este efecto aún no se comprenden por completo.
A pesar de estos hallazgos, los investigadores enfatizaron que el impacto del CO2 en el metabolismo de la glucosa es insuficiente para considerarlo una herramienta independiente para la pérdida de peso.
Durante una sesión típica de hemodiálisis de cuatro horas, con un flujo sanguíneo de 200 ml/min, se consumen aproximadamente 9.5 g de glucosa, lo que representa una reducción mínima en términos calóricos. En comparación, el consumo de agua carbonatada no genera un efecto significativo en el balance energético del cuerpo.
Posibles efectos secundarios y consideraciones adicionales

El consumo de agua carbonatada no está exento de posibles efectos secundarios, especialmente en personas con sensibilidad estomacal o condiciones gastrointestinales preexistentes. Según el informe, consumir esta bebida puede causar hinchazón, gases y, en algunos casos, agravar síntomas asociados con trastornos como el síndrome del intestino irritable o la enfermedad por reflujo gastroesofágico.
Por ello, se recomienda moderación para evitar molestias y, al mismo tiempo, aprovechar sus posibles beneficios metabólicos. Además, el informe destacó que el consumo de agua carbonatada podría influir en las mediciones de glucosa en sangre.
Estudios recientes han demostrado una correlación positiva entre la concentración de dióxido de carbono en el aliento y los niveles de glucosa en sangre, lo que sugiere que beber agua carbonatada podría causar una disminución temporal en estos niveles. Sin embargo, este efecto es transitorio y no representa un cambio significativo en el metabolismo general.
En el análisis de Takahashi, se llegó a la conclusión de que, aunque el CO2 presente en el agua carbonatada puede contribuir a la pérdida de peso al mejorar la glucólisis anaeróbica y la utilización de la glucosa, su impacto es limitado.
Este hallazgo refuerza la idea de que el agua carbonatada no debe considerarse una solución independiente para el control del peso. En cambio, su consumo debe integrarse en un enfoque más amplio que incluya una dieta equilibrada y actividad física regular.
Además, los investigadores subrayaron la necesidad de realizar estudios adicionales para comprender mejor los efectos a largo plazo del agua carbonatada en el metabolismo y explorar posibles efectos secundarios.
Mientras tanto, el agua carbonatada puede seguir siendo una opción refrescante y potencialmente beneficiosa, siempre que se consuma con moderación y como parte de un estilo de vida saludable.