Qué significa que una persona sienta hambre todo el tiempo según la Psicología

La necesidad constante de ingerir alimentos puede tener significados físicos pero también mentales en algunas ocasiones

Guardar
El hambre emocional puede manifestarse
El hambre emocional puede manifestarse a pesar de haber comido recientemente. – (Imagen Ilustrativa Infobae)

Comer es una de las actividades más placenteras para cualquier ser vivo, pues además de ser una necesidad biológica, ya que cuando consumimos alimentos ricos en grasas o azúcares, el cerebro libera dopamina, un neurotransmisor que genera sensaciones de satisfacción y bienestar.

Además, comer también involucra experiencias sensoriales que contribuyen al placer que produce. El gusto, el aroma, la textura e incluso el aspecto visual de los alimentos estimulan los sentidos, lo que amplifica la experiencia emocional asociada con la comida.

Sin embargo, el sentimiento de hambre excesiva o demasiado recurrente en el transcurso del día, puede ser una señal de que algo no está del todo bien con nuestro organismo, o en ocasiones, también con nuestra mente, los cuales son importantes de revisar con un especialista.

El hambre hambre emocional

Cuando sienten ansiedad o tristeza
Cuando sienten ansiedad o tristeza las personas con hambre emocional consumen alimentos altos en grasas como productos de paquete y comidas rápidas - (Nicol Torres/Universidad Nacional)

Si llevas una vida sana y luego de consultar un médico determinante que no hay un motivo físico para sentir hambre constantemente, puede que los motivos estén más enfocados en un tema psicológico.

De acuerdo con un artículo de Alejandro Vera Casas, psicólogo clínico egresado de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), menciona que el hambre emocional es un fenómeno en el que las personas comen no por necesidad física, sino para gestionar emociones como estrés, tristeza, ansiedad o aburrimiento.

A diferencia del hambre física, que responde a una necesidad real de nutrientes, el hambre emocional suele estar asociada al consumo de alimentos altos en calorías, grasas o azúcares como una forma de obtener confort momentáneo.

“La alimentación se convierte en una respuesta para hacer frente a sentimientos y emociones como el estrés, la tristeza, la angustia, la insatisfacción y especialmente la ansiedad. Una rutina estresante o una relación problemática también puede desencadenar el hambre emocional”, se lee en el artículo publicado en el sitio psiquiatria.com.

Este tipo de hambre se caracteriza por aparecer de forma repentina, persistir incluso si se está saciado y provocar sentimientos de culpa o insatisfacción después de comer, situación que puede derivar en algún problema de salud como la obesidad.

“Para algunas personas, los alimentos ricos en azúcares y/o grasas, como el chocolate, les aportan sensación de bienestar, relajación y tranquilizan esas emociones, aunque solo sea de un modo subjetivo. Los mecanismos neurológicos, aunque estudiados, aún no están del todo claros.” explicó Amparo Bayarri, diplomada en Nutrición Humana y Dietética en un artículo publicado en la Academia Española de Nutrición y Dietética.

Es por ello que es fundamental aprender a identificar y diferenciar cuándo se come por necesidad biológica o por una respuesta emocional y a partir de ahí buscar alguna solución al padecimiento.

¿Cómo se trata el hambre emocional?

El hambre emocional puede tratarse
El hambre emocional puede tratarse por medio de terapias y el desarrollo de buenos hábitos. (Shutterstock)

Una manera efectiva de hacerlo es llevar un registro de los momentos en que surge el impulso de comer para identificar patrones emocionales recurrentes. Además, practicar técnicas de atención plena, como el “mindful eating”, puede ayudar a generar mayor consciencia sobre lo que se come, permitiendo escuchar mejor las señales del cuerpo y prestando atención a las emociones subyacentes.

Sin embargo, si el problema persiste siempre será recomendable acudir con un especialista, pues cada caso es diferente y un experto en salud mental y terapia psicológica, puede determinar con mayor precisión una estrategia según el paciente.

De acuerdo con el psicólogo Alejandro Vera Casas, la terapia cognitivo-conductual es una referencia en el área clínica para tratar el proceso de la pérdida de peso, los trastornos alimenticios y el hambre emocional. Trae resultados seguros y enseña al paciente a construir una nueva forma de relacionarse con la comida. El tratamiento tiene por objeto aportar los siguientes beneficios:

  • Comprender la correlación entre los Sentimientos y la voluntad de Comer
  • Educación Psíquica sobre el funcionamiento del hambre Emocional
  • Técnicas para entender los desencadenantes emocionales que llevan a comer
  • Manejo de las emociones
  • Estrategias alternativas a la alimentación
  • Gran autocontrol
  • Técnicas para comprender y tratar la ansiedad
  • Reducción de los síntomas
  • Modificación de la función alimentaria