México prefiere extraditar a narcotraficantes que tenerlos en sus cárceles: “Son una bomba de tiempo”, afirma José Reveles

No es la primera ocasión que México entrega un combo de narcotraficantes, en 2007 Osiel Cárdenas y El Güero Palma compartieron un vuelo con rumbo a EEUU

Guardar
Los dos narcotraficantes tuvieron una
Los dos narcotraficantes tuvieron una buena relación. Crédito: Archivo/DEF

No es la primera ocasión que el Gobierno de México envía un combo de narcotraficantes con rumbo a Estados Unidos, en enero de 2007 Héctor el Güero Palma y Osiel Cárdenas Guillén compartieron un avión con otros 13 criminales que eran requeridos por delitos relacionados con el tráfico de drogas.

En esa ocasión se especulaba que desde prisión, Osiel Cárdenas seguía liderando las operaciones del Cártel del Golfo y de su brazo armado Los Zetas. Su extradición no sólo sirvió para “complacer” al Gobierno de Estados Unidos, con su ausencia se debilitó a su organización criminal, lo que también permitió que el Cártel de Sinaloa ganara terreno en algunas regiones antes controladas por el también llamado “Mata amigos”.

A 18 años de distancia, la administración de la presidenta Claudia Sheinbaum sorprendió con la entrega de 29 criminales a las autoridades de Estados Unidos. Entre la lista se destacan los nombres de Rafael Caro Quintero, Antonio Oseguera Cervantes, Miguel Ángel Treviño Morales, José de Jesús el Chango Méndez Vargas y Vicente Carrillo Fuentes.

Cada uno de estos nombres lideró o contribuyó a liderar algunas de las organizaciones más poderosas y violentas del país: en el mismo orden, el Cártel de Guadalajara, el CJNG, Los Zetas, La Familia Michoacana y el Cártel de Juárez.

México nunca se ha negado -al menos en las últimas décadas- a mandar narcotraficantes a Estados Unidos; prefieren que los tengan allá que en las cárceles mexicanas porque son una bomba de tiempo”, señaló el periodista José Reveles en entrevista para Infobae México.

Crédito: X, adn40
Crédito: X, adn40

Operar desde la cárcel

Apenas en octubre de 2024 las autoridades de Estados Unidos formalizaron una acusación más en contra de los hermanos Miguel Ángel y Omar Treviño Morales (Z-40 y Z-42) por considerar que seguían con sus actividades criminales a pesar de estar recluidos en penales mexicanos.

El Departamento de Justicia afirmó que de manera similar a la de Osiel Cárdenas, el Z-40 y Z-42 nombraron a sus familiares como los nuevos cabecillas del Cártel del Noreste, una de las organizaciones criminales que se formó con la desintegración de Los Zetas.

Algo similar ocurría con el Chango Méndez, Vicente Carrillo Fuentes y Rafael Caro Quintero, este último siendo uno de los casos más emblemáticos por que se le atribuye ser partícipe en las fundaciones y liderazgo del Cártel de Sinaloa y Cártel de Caborca a pesar de que se encontraba en prisión.

José Reveles recuerda otro punto de utilidad en el análisis de la entregas masivas de narcos a Estados Unidos: “José Luis Santiago Vasconcelos, exprocurador General de la República, dijo que Osiel Cárdenas y Benjamín Arellano Félix, desde la prisión, se habían puesto de acuerdo para atacar a Joaquín el Chapo Guzmán". La respuesta del gobierno de Felipe Calderón fue separarlos y -con el tiempo se supo- ayudar al Cártel de Sinaloa en su guerra del narco.